Están
bien los paisajes neozelandeses. Este país nunca se cansa de
enseñarnos localizaciones fastuosas. Y los capítulos
procedimentales tienen cierto ingenio. Y la trama de largo recorrido
(un par de tragedias familiares).
Episodio
1, coche despeñado; episodio 2, hombre en la mina; episodio 3,
hombre caído del cielo con notables conexiones con la trama larga;
episodio 4, pirotécnicos enfrentados y descubrimiento de la mente
criminal.
Anais
Mallory, inspectora en Sidney, regresa a su pueblo, Remarkable.
Enseguida sabes que no va a recibir mucho afecto por parte de su
madre.
No
me gusta el montaje tramposo. Al terminar un capítulo el colega
comunica a la protagonista algo impactante. En el siguiente capítulo,
en flahsblack, es la jefa quien lo hace, considerando que el
espectador es corto o le importa un bledo.
La
madre es demasiado inverosímil. Se esfuerzan tanto en mantener su
misterio que no tiene personalidad.
La
fotografía demasiado colorida, televisiva; se ve que la duración de
90 minutos está para llenar las tardes de Antena 3 cuando no hay
Pasapalabra. Ahora bien, sorprende con momentos macabros y que no les
tiemble la mano en la crudeza de los asesinatos.
Son
4 capítulos con picos y valles, con cosas buenas y otras de
telenovela, momentos bien escritos y diálogos forzados para dar
algo que hacer a algún personaje.
No
es muy buena pero es disfrutable sin necesidad de ponerse exigente.
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