Heller
es criptógrafo de la CIA. Lo suyo es el despacho y el análisis. El
campo se lo deja a otros. Pero cuando su esposa es asesinada en
Londres se lo toma como algo personal.
No
es una de espías seria. Es un entretenimiento que se centra en la
venganza. Está más cerca de James
Bond
que de John
le Carré.
Pero la acción no viene definida por secuencias espectaculares sino
por el ingenio del protagonista.
Hay
bastante cosas absurdas
con
las que me costó lidiar:
tosquedad del chantaje a los jefes, el entrenamiento más rápido de
la historia de la humanidad, lo de abrir la cerradura… Y
cito sólo algunas. Da la sensación de que muchos personajes sobran,
de que están ahí como anzuelo para el espectador pero que se pudo
prescindir de ellos sin que se alterara la historia. Laurence
Fishburne,
por ejemplo. O el pobre Jon
Bernthal
(5 minutillos en Daredevil,
5 aquí y sin nada relevante qe hacer; espero que en El
contable 2
tenga más recorrido).
Bien
por la piscina y la astucia general del protagonista.
Si
atendemos a la trama es entretenida a un nivel meramente funcional.
Técnicamente no va muy allá. Bien
Rami
Malek.
Salgo
un poco decepcionado. A ver si la semana que viene Confidencial
(Black Bag)
nos da algo más.
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