Rob
es científico, aventurero, un sabio del cambio climático. Alice
sabe que eso no es verdad porque Rob es el marido que la abandonó
hace años y del que no había vuelto a saber nada.
Qué
bien escrita. Detalles. El perro de Cheryl, la capa de Alice
(metáfora obvia pero sugerente), dar un nombre falso…
Concatenaciones de pequeños elementos que, en su conjunto,
construyen una historia más grande que la suma de sus partes.
Mentiras.
Por miedo, por maldad, por complejos, por fisgonear un poco más, por
debilidad. Mentiras sobre más mentiras.
La
escena de apertura tiene su contrapunto circular al finalizar el
primer episodio. Una idea inteligente y muy graciosa.
Algunas
reacciones de Alice son irritantes. Luego las justifican y tienen
cierto sentido pero ciertamente están dirigidas para que la trama
pueda seguir adelante. El guion sí está forzado en sus inicios,
particularmente en el segundo episodio. Pero una vez construidas las
bases funciona muy bien y las interpretaciones están a la altura.
Las
hermanas Skinner,
Ginny
y Penelope,
diseccionan la mente de un estafador patológico, un manipulador, una
personalidad egocéntrica, irresistible, tóxica. Un depredador. Y, a
partir de ahí, vemos como afecta a las personas que tienen la
desgracia de conocerle.
Luego
llega la justicia natural, el derrumbe de la insostenible torre de
mentiras, el bofetón de realidad. Me encanta cómo ruedan ese
momento desde el punto de vista de Cheryl, el choque acelerado de la
catástrofe acumulativa.
Me
gusta que no acabe de un modo grave y dramático. Ese festival de
fantasía, el tomárselo a broma, el recurso al humor me pareció muy
acertado. No es nada realista pero creo que funciona muy bien
cinematográficamente. Y la canción Gloria
(versión Laura
Branigan)
parece encajar extrañamente bien.
Lo
más flojo es la trama de la jefa, Juno, muy destacada durante un
tiempo y, de repente, desaparece de la historia, sin relevancia.
5
capítulos que enganchan y están muy bien interpretados.
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