27/2/25

Juego de mentiras. Temporada 1

Rob es científico, aventurero, un sabio del cambio climático. Alice sabe que eso no es verdad porque Rob es el marido que la abandonó hace años y del que no había vuelto a saber nada.
Qué bien escrita. Detalles. El perro de Cheryl, la capa de Alice (metáfora obvia pero sugerente), dar un nombre falso… Concatenaciones de pequeños elementos que, en su conjunto, construyen una historia más grande que la suma de sus partes.
Mentiras. Por miedo, por maldad, por complejos, por fisgonear un poco más, por debilidad. Mentiras sobre más mentiras.
La escena de apertura tiene su contrapunto circular al finalizar el primer episodio. Una idea inteligente y muy graciosa.
Algunas reacciones de Alice son irritantes. Luego las justifican y tienen cierto sentido pero ciertamente están dirigidas para que la trama pueda seguir adelante. El guion sí está forzado en sus inicios, particularmente en el segundo episodio. Pero una vez construidas las bases funciona muy bien y las interpretaciones están a la altura.
Las hermanas Skinner, Ginny y Penelope, diseccionan la mente de un estafador patológico, un manipulador, una personalidad egocéntrica, irresistible, tóxica. Un depredador. Y, a partir de ahí, vemos como afecta a las personas que tienen la desgracia de conocerle.
Luego llega la justicia natural, el derrumbe de la insostenible torre de mentiras, el bofetón de realidad. Me encanta cómo ruedan ese momento desde el punto de vista de Cheryl, el choque acelerado de la catástrofe acumulativa.
Me gusta que no acabe de un modo grave y dramático. Ese festival de fantasía, el tomárselo a broma, el recurso al humor me pareció muy acertado. No es nada realista pero creo que funciona muy bien cinematográficamente. Y la canción Gloria (versión Laura Branigan) parece encajar extrañamente bien.
Lo más flojo es la trama de la jefa, Juno, muy destacada durante un tiempo y, de repente, desaparece de la historia, sin relevancia.
5 capítulos que enganchan y están muy bien interpretados.

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