Un
desfiladero. Una torre a cada lado. Un francotirador en cada torre
durante un año. Prohibido comunicarse (aunque romperán la regla).
Misión: impedir que salga de allí lo que hay abajo.
Drasa
y Levi. Anya
Taylor-Joy
y Miles
Teller.
La
primera hora me encantó. Nos muestran ese lugar extraño, sus
reglas, la relación entre ambos personajes, la evolución dramática…
Casi sin palabras. Imagen pura y dura desarrollando el argumento y el
enamoramiento. Realmente
me gustó mucho este tramo. Bien construido.
Luego
viene el videojuego. Nos ponemos en modo disparar al monstruo. No es
mi estilo y depende de gustos. Por un lado le agradezco que no tiren
del cliché de zombis, que re-imaginen los monstruos (un montón de
Groots) y que esté bien rodada. La apocalíptica puesta en escena
está lograda. El lado que menos me gusta, lo que más me molesta, es
cierto abuso digital y la oscuridad casi permanente.
Muy
buena la escena del todoterreno.
La
he disfrutado bastante. Como
entretenimiento. No hay que buscarle las vueltas.
Ojalá
todas las pelis románticas
de san Valentín tuvieran esta ración de monstruos, de oscuridad,
de esfuerzo, de
estética
dantesca
(a
ratos incluso macabra)
con criaturas que surgen del infierno. Es metáfora mucho más
adecuada a
la realidad.
A
destacar la estupenda labor de sonido, banda sonora y la selección
musical.
Hay
un
guiño a Gambito
de dama
y
me pareció muy bien traído el Oh
come all ye faithful
(Adeste
fideles)
de Twisted
Sister.
Y
Sigourney
Weaver
de regalo.
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