Comento
esta película con una semana de retraso porque la vida es la vida y
porque ningún estreno de este viernes me llamaba la atención. Así
que, intencionadamente, la dejé para después.
Calparsoro
hace bien unas cuantas cosas.
1º:
aplica la idea de que bien está lo que bien acaba. 2º: le pone a
Resines
una barba que le sienta estupendamente
a su personaje. 3º: la trama del Centro de Control de Carreteras es
mínima pero está en el montaje cuando tiene que estar.
Unos
atracadores sin éxito quedan atascadas en la autopista
durante la
nevada de la borrasca Mikaela. Se les ocurre que puede ser una buena
idea atracar un furgón blindado que está ahí al lado. Pero hay un
poli que no tiene nada que perder y una joven guardia civil.
La
película se salva por su humor, por no tomarse en serio a sí misma.
Adriana
Torrebejano
me parece una gran actriz de comedia. No tiene miedo a hacer el
ridículo y calcula muy bien el tempo. Tiene
química con Casamajor.
Esa trama del Control de Carreteras oxigena, cambia el escenario, es
divertida, añade
al género el toque de comedia y un poquito de romance…
Y
ese tomárselo un poco a broma permite que aceptemos cosas
inaceptables: un tipo dispara con metralleta sin acertar una y a
Resines
le basta un tiro a la remanguillé.
Es
una historia demasiado simple y esperaba algún alarde en la
planificación. Pero creo que cumple con la función de entretener
durante 90 minutos y supongo que no se buscaba más.
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