22/10/22

Mira como corren

Lo único malo de esta peli es el título. No entiendo su sentido. El resto es una maravilla.
Hay gente que, cuando quiere hacer un ejercicio de estilo, cuando quiere dárselas de autor, construye artefactos intragables. Aparecen, entonces, personajes que deambulan drogados, con dramas psico-sexuales, músicas estridentes y lentitud exasperante.
Y unos pocos hacen cosas divertidas y entrañables. Como ésta.
1953. Agatha Christie está en lo más alto y en el teatro se representa la función número 100 de una de sus obras. Hay un productor, un director y un guionista interesados en llevarla al cine. Alguien es asesinado.
Entran en escena un inspector un tanto dejado (Sam Rockwell) y una agente, una de las primeras mujeres policías. Una Saoirse Ronan envuelta de dulce sobriedad.
Muy bonita la puesta en escena, cuidadísimas algunas de sus escenas (esa secuencia en el teatro en que unos se siguen a otros es un lujo, es una parodia de Hitchcock que le habría gutado a Hitchcock), una edición muy trabajada, un par de giros no diré que sorprendentes, pero sí ingeniosos y ocurrentes. El tono es de suave comedia y la sigues permanentemente con una sonrisa en la boca. No busca la carcajada pero es graciosa, amable, colorista, juguetona.
La dinámica entre el inspector y la agente nunca la habíamos visto de esta manera. La trama juega con el espectador a romperle los esquemas, presentado clichés, rompiéndolos luego y qué bien hilado ese final donde un hipotético storyboard se convierte en realidad.
Adrien Brody y Ruth Wilson redondean el reparto donde habrá también sorpresas.
Aparentemente sencilla. Tanto que quizá muchos la desprecien. Pero tras esa apariencia existe un trabajo muy sólido con ideas muy claras.

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