8/8/22

Sandman. Temporada 1

Nunca leí los cómics porque nadie supo explicarme de qué iban. Los más fans no consiguieron contagiarme entusiasmo. La serie me parecía más asequible pero este Morfeo no es el dios del Sueño, es el dios de la anestesia. Todo es lento, lánguido, todos los actores parecen cansados. Parecen aburridos. Y eso sí se contagia.
Y sigo sin saber de qué va porque no hay reglas. Las cosas pasan porque sí.
Al dios del Sueño hay que encerrarlo en una esfera de cristal. ¿Por qué? Y para reconstruir su reino debe recuperar un saco de arena, una medallita y su máscara ¿Por qué? Y para negociar con las Parcas tiene que usar ese dragón ¿Por qué? Y hay corazones de cristal y muchos objetos cursis e historias aburridas de gente aburrida. Gente cansada a la que le pasan cosas porque sí.
Estéticamente es muy bonita. Es el principal atractivo de la serie. Hay un esfuerzo imaginativo ahí detrás, no lo niego. Pero todavía estoy tratando de averiguar si existe una trama. Y no lo sabré porque no pienso ver la segunda temporada.
El mundo se divide en dos. Los que piensan que Neil Gaiman es un tío muy original y los que pensamos que es un plagiador. Creo que los primeros no han leído las Metamorfosis de Ovidio, la Odisea, la Biblia, las leyendas artúricas y las nórdicas. Quienes las hemos leído sólo vemos en Gaiman un pastiche. Y, como todo pastiche, carece de reglas. O las inventa sobre la marcha porque no hay manera de cuadrar Caín y Abel con dragones e ideología woke.
También hay unos diálogos pretenciosos que yo no sabía si iban en serio o en broma.
Recomiendo a los lectores de Gaiman que acudan a la literatura original. Se sorprenderán. A no ser, claro, que el objetivo de una historia sobre el dios del Sueño sea efectivamente dormir al espectador. Si es así ha conseguido plenamente su objetivo.
Reconozco que un aliciente era la presencia de Jenna Coleman pero su personaje me ha producido tanto tedio como todos los demás.
La mitología más petarda que he visto en mi vida.

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