4/6/22

Todo a la vez en todas partes

Se convertirá en una peli de culto aunque a mí me rechine.
Para empezar no sé si es una película o una variante de un virus del que los directores son los pacientes cero. Lo de los universos paralelos está de moda y una cosa hay que admitir: la película es mucho más imaginativa y original que todas las bobadas superheroicas con las que nos han frito durante los últimos años tanto Marvel como DC.
Una familia inmigrante china con lavandería en Estados Unidos. Tienen serios problemas de diversos tipos. Y en el peor momento, ella, Michelle Yeoh, será atrapada por un acontecimiento que afecta a universos paralelos. Por algún motivo ella es importante.
Y ahí comienza una locura que pudo terminar en cualquier momento pero que los directores estiran hasta los 139 minutos. Hay cosas inteligentes, groseras, divertidas, dramáticas, brillantes, estúpidas, cursis, obscenas. Totalmente absurda, perfectamente lúcida. Hay peleas, acción, gritos, paz. Una gran paz en uno de los universos. Esas dos piedras. Y dedos churreros. Y psicópatas. Es un cóctel molotov, una explosión de sinsentidos, un delirio intermitente.
A mí me agotó. Yo habría estado bien con una hora menos. A partir de cierto momento se me hizo irritante y, al final (ese interminable final), casi inaguantable. Suplicas que se guarden alguna idea para otra peli, que aquí ya hay demasiado. Para mí lo peor de todo es que acabe por ponerse sentimental. Después de tanta majadería. De tanta tomadura de pelo. De tantos momentos geniales.
En fin. No será para el grandísimo público. Pero habrá un público numeroso que fabricará templos a la peli y nos dará la paliza durante años.
Ah. Y sale una Jamie Lee Curtis muy cómoda en su propio nivel de demencia.

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