18/6/22

El insoportable peso de un talento descomunal

-El guión va bien. Se siente como una mezcla de Cassavetes e Iñárritu con un poco de von Trier.
Ya verás qué difícil es hablar de esta peli.
Nicolas Cage hace de sí mismo. Como en todas las pelis, dirás, eso no es nuevo. Pero no. De sí mismo es de sí mismo. Es Nicolas Cage. Pero claro no es él mismo en cuanto empieza a interpretarse: se parodia, se burla, se cachondea de la figura de Nicolas Cage. Del Nicolas Cage al que todos creemos conocer. Y además habla con una versión de sí mismo cuando era más joven.
Y entonces el candidato a presidente de Cataluña (sí: no estás borracho mientras lees), que resulta ser Pedro Pascal, un flipado de Nicolas Cage, le paga un millón de dólares para que vaya a charlar con él.
Y en cuanto pone un pie en Mallorca se ve envuelto en una trama de espionaje, narcotráfico y secuestros.
A veces casi se me salieron los ojos de las órbitas. A ver. La escena del acantilado. O la de los dos viendo Paddington 2. O la del LS… No. Hay demasiadas.
La cosa es que es original, está bien rodada y alcanza unos niveles de mucha altura en su juego de realidad y ficción, muy meta entra lo real y lo falso. Y, claro, al mismo tiempo con homenajes a tramas de películas de Nick. Porque se convierte en una película típica de Nick.
Muy entretenida con algunos momentos verdaderamente hilarantes. Inesperadamente ingeniosa y juguetona.

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