9/6/22

Jurassic World: Dominion

Voy a ser bien claro y creo que nunca había hecho una recomendación tan directa: no vayas a verla. Ahórratelo.
En 1993, con los medios de 1993, Spielberg hizo una película creíble, luminosa, con un ritmo impecable y, desde luego, asombrosa. Vinieron después secuelas que hicieron muchas cosas mal. Escenas muy oscuras para ocultar los defectos digitales, caídas de ritmo y la pregunta de en qué demonios se había ido el presupuesto.
Jurassic World: Dominion, se publicitaba como la solución a todos estos problemas, como una vuelta a los orígenes, incluso rescatando a los personajes originales de Laura Dern, Sam Neill y Jeff Goldblum. Pero la realidad es que todos los defectos de las secuelas están ahí. Y agravados.
En un mundo en el que se supone que pululan los dinosaurios nos vuelven a encerrar en un laboratorio (¡otro laboratorio!), casi todas las escenas de acción están rodadas de noche, hay tantos personajes que no saben qué hacer con ellos y la trama avanza a trompicones. No hay ni una sola escena espectacular, una secuencia que logre asombrarnos de nuevo, que consiga quedarse en la memoria. Jamás veremos con nitidez al giganotosaurus.
No entiendo que dejen en manos de Colin Trevorrow, un director muy mediocre y con escasa experiencia, una apuesta así. No entiendo casi ninguna de las decisiones de este metraje.
Sí entiendo, me parece, que el presupuesto se ha ido en pagar a los actores. Además de los mencionados también tienen un caché importante Chris Pratt, Bryce Dallas Howard y Omar Sy. La malvada, Dichen Lachman, apuntaba a ser estupenda. Y desaparece sin más.
Muy decepcionante, a veces espantosa. Una escena como la de las cuevas casi parece de serie B. Lo mencioné en otras ocasiones: cualquier niño de seis años tiene ideas mejores para un guión de dinosaurios.
De verdad: ¿qué puñetas le pasa a esta saga con los laboratorios?

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