Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
Tiene
un buen diseño de producción y un buen comienzo. Luego, progresivamente, decae. Pandemias,
guerras y cambio climático obligan a los terrestres (con dinero) a emigrar a
otro planeta. Ahora quieren volver a la Tierra. De la primera misión no se supo
nada. Ahora envían a la Ulises 2. Hay
un potencial enorme en el planteamiento. Pero la narrativa se cierra alrededor
de la fertilidad o infertilidad por radiación. Y el guión da vueltas y vueltas
y más vueltas en torno a ese único tema sin explorar ese mundo tan sugerente,
esa Tierra que es alienígena. Pienso
que la idea estaba ahí: nuestro propio planeta nos es extraño, lo extraterrestre
es la Tierra. Pero la historia se estanca. El planteamiento de fondo es
demasiado simple y el modo de resolverlo aún más. Tienen
algunas buenas ideas: no dar demasiadas explicaciones en sus primeros minutos,
dejar que el espectador deduzca cosas. Flojita.
Y es una pena porque apuntaba elementos sugerentes.
De
aquí podría salir una buena obra de teatro siempre que se desarrollen con mayor
profundidad las ideas de fondo. Como
película no acaba de funcionar. Tres actores fundamentalmente. Hay un cuarto
intérprete durante un tiempo. Un atracador (Jason Segel) entra en una
casa de veraneo. Los dueños (Jesse Plemons y Lilly Collins) vuelven
inesperadamente. La
dinámica entre los tres lleva a lo esperado. Hablan, se cuentan cosas, se
conocen con más profundidad. En realidad el atracador es un detonante que
obliga a ese matrimonio a plantearse unas cuantas cosas. La
idea no es nueva pero no está mal. El problema es que lo que se habla tiene muy
poca entidad. La película discurre con una planificación decente pero de modo
bastante anodino. No llega a preocuparnos o inquietarnos ninguno de los
personajes. Pese a esa trama construida para la comprensión de tres personajes,
no logramos entenderlos realmente salvo a un nivel bastante obvio. Algunos
momentos tienen cierto toque de comedia. O eso me pareció a mí. Esos paseos
entre los árboles, esas charlas amigables. El momento de la cristalera es una
auténtica sacudida. No me lo esperaba y menos con esa explicitud. El
final pretende tener fuerza, contar algo profundo, pero me dejó bastante
indiferente. Hay modos más inteligentes de terminar eso, creo yo.
11
de octubre de 1492. La Santa María, La Pinta y la Niña topan con un
transatlántico descomunal, construido en metal y luz. Poco después, desaparece.
En la actualidad, un ricachón (Sam Neill), con más de 300 barcos de
carga, ha perdido 6. Todos en eso que se conoce como el triángulo de las
Bermudas. La
serie es de 2005. Antes de la revolución de las plataformas. Fueron 3 capítulos
de 80/90 minutos. Dadas las circunstancias del momento probablemente no se les
ocurrió mejor modo de explotarla. Perdidos acababa de dar en el clavo y un par de años después, seguramente, habrían hecho una cosa muy distinta en la que habría cabido de todo. Habrían
hecho, sospecho, algo como Fringe. Porque
en esos 3 capítulos pasan esos fenómenos inexplicables que tanto nos encantan. Un equipillo de cuatro personas, pagado por
un multimillonario para descubrir qué hay detrás de los misterios. Un vidente,
una ingeniera, un meteorólogo aventurero, un periodista. No
es una gran serie pero se aprecia, de algún modo, que las cosas empezaban a
cambiar. Arrastraba las influencias de Expediente
X y se dirigía en busca de un territorio diferente. Está en una tierra
de nadie. Entre los procedimentales del pasado y la búsqueda de los caminos que
empezaban a abrirse. Entretenida
si te va el rollo del triángulo de las Bermudas. A mí me va.
El
título original francés era Boîte noire.
Al traducirlo al español, después de una exhaustiva investigación, no dieron
con el término de Caja negra. Así que
nos ofrecieron el inglés Black Box.
De verdad que hay gente que merecería más demandas judiciales. Dejando
eso al margen se trata de un thriller bastante conseguido. No es un film
maravilloso pero al menos tiene una perspectiva original al enfocar el género.
Mathieu Vasseur es el encargado de analizar las cajas negras de los accidentes
aéreos. Tiene buen oído. Tal vez demasiado bueno. A veces sobreanaliza y se
equivoca. Los
primeros 45 minutos se enfocan en esa investigación. Después, Vasseur, poco
conforme, empieza a comportarse como un detective y decide ir más allá. Sería
un error tomárselo demasiado en serio porque la película tiene los tics
habituales: giros inesperados, coincidencias, elementos que aparecen en el
momento más oportuno… El director usa bien esos recursos para mantener la
tensión y llevar al espectador por donde quiere. Es un juego de intriga y no
hay que pedirle más. La
interpretación de Pierre Niney es buena. Me habría gustado que
profundizara un poco más en algunos personajes.
U
es un mundo virtual con 5 mil millones de usuarios. Allí la reina de la canción
es Belle. Belle, en la vida real, es Suzu, una chica tímida e introvertida. Un
día, en U, conocerá a Bestia. La Bella y la Bestia como nunca te la
habían contado. Una reinvención que no es un remake ni participa de clichés. Mamoru Hosoda toma el
planteamiento y se lo lleva a su terreno para convertir la animación en un
espectáculo original. Se
entrelazan la animación tradicional con la animación por ordenador. Además,
cada una de ellas, maneja varios estilos, desde la extrema simplicidad al
abigarramiento. El colorido es apabullante, sea en los miles de detallitos
digitales o en la naturaleza del mundo real. Maravillosa
esa secuencia en la estación de tren. Un plano fijo, el chico las dos chicas, jugando
con el fuera de campo, mostrando las dos puertas, la calle y el andén… y la
retirada de Suzu que da pie a otra escena igualmente brillante en la calle. Un
chico, una chica, separados por la calzada. Tratándose
de Hosoda deja también un par de momentos dramáticos, demoledores,
crudos, sin sentimentalismo. La vida verdadera, más allá de la fantasía
digital, donde acontece el brutal impacto de la realidad. El
final tiene cierto sabor a Summer Wars.
En esta ocasión no es la familia sino los amigos los que unen sus habilidades
para resolver la situación. Otra
gran obra del director.
1.
Aparece algo nuevo de Marvel y siempre hay críticos diciendo: Diferente a todo. Y no sé qué significa
porque no es cierto casi nunca. Lo dicen de Caballero Luna y voy a dejar que me engañen. Por Oscar Isaac. 2.
No será una buena semana. En vez de hablar de cine, las redes hablarán de los
Oscar. 3.
Sandra Bullock sólo se arrepiente de haber hecho Speed 2. ¿Y no se arrepiente de Miss Agente Especial 1 y, sobre todo, 2? ¿Ni siquiera un
poquito de Loca obsesión? ¿O
de la infame Cuerpos especiales?
A ver, chica, que puestos a escoger… 4.
Francis Ford Coppola ya tiene su estrella en el Paseo de la Fama y ha hablado
de que está rodando Megalopolis.
En realidad lleva dando la tabarra con esa película desde los años 90. Esos
proyectos que se demoran en el tiempo no suelen salir bien económicamente
(obvio), rara vez entre la crítica y nunca entre el público. Ya veremos. Si la
vemos.
Lo
que me fascinaba en la primera temporada aquí se volvió indiferencia. Lo que
era símbolo aquí se volvió rareza. Adán y Eva robóticos se volvieron simples
robots, la Serpiente se convirtió en una mera serpiente (aunque sea grande y
vuele), los ateos se volvieron estúpidos (dejaron de adorar a un dios para depositar
su fe en una máquina) y los mitraicos ya no se sabe qué son. Las
posibles metáforas se tornaron literalidad. Ahora no hay posible
interpretación, no hay debate. Lo que ves es lo que hay. Sin más. Sólo una
acumulación de cosas extravagantes. Pueden resultar atractivas en su horrible
fascinación pero nada más. Ocurre una, te sorprende, te llama la atención y
pasamos a otra. Las criaturas del agua ácida, monstruitos, Abuela, el árbol… Venga
cosas y más cosas. Y, como tantas otras veces, la abundancia es perjudicial.
Más cosas, menos calidad. Qué difícil aprender que menos es más. Y
ahí está otro de los grandes problemas de esta segunda temporada: los
personajes se escurren. Hay tanta gente que no profundizan en ellos, tienen
reacciones opuestas de una escena a la siguiente, no saben qué hacer con ellos.
De hecho en uno de los capítulos parecen darse cuenta y tienen que hacer
limpieza. Se cargan a un montón de gente que no iba a ningún sitio. Y, aún así,
no los suficientes. No
niego que tenga ciertos atractivos visuales por sus situaciones originales.
Pero es una mera sucesión de cosas sin sentido y, desde luego, está lejísimo de
la temporada inicial.
Hay
una guerra. No sabemos quiénes pelean ni el porqué. No importa. La idea es que
toda guerra es absurda. Edh es reclutada junto con otros hombres para una
misión. Todos ellos tienen una cosa en común: saben patinar sobre hielo. La
primera hora y media es fascinante. Un escenario bélico único, nunca antes
visto. Una travesía sobre un mar helado con escenarios dantescos
fotografiados con una luz que subyuga. Cadáveres atrapados en el hielo, barcos
encallados, los ancianitos de la isla… Una operación militar en una
escenografía subyugante. La
última media hora, la resolución, es de una simpleza que no se merece el resto
de la película. Acabada la épica travesía sólo queda resolver y lo hacen de un
modo que demuestra que no han puesto esfuerzo alguno. Lo que pasa en ese búnker
tiene muy poco sentido, pero tampoco lo tiene el planteamiento de fondo. No
incidiré más en ello porque he decidido olvidarme de esa parte. Me
quedo con las estupendas sensaciones que dejan sus 90 minutos iniciales, verdaderamente
arrolladores, con buen ritmo y desarrollo. Noomi Rapace encabeza el
reparto, muy solvente en toda la parte de acción. Muy
entretenida y, visualmente, disfrutable.
-Por
lo menos ellos no discuten a cada rato. Se les ve más en consenso que a
nosotros. Mal
no está. Pero me da la sensación de que no han sabido aprovechar lo que tenían
entre manos. La estructura es correctísima. El encuentro y presentación de los
personajes, el desconcierto inicial ante los zombis, el viaje en barca en el
que se conocen mejor, la suma de nuevos personajes, el asalto al campamento
nazi… Tiene todos los ingredientes y en su sitio pero esperas que le saquen
rentabilidad sin que llegue a suceder. Le falta algo: un choque contundente,
una escena de acción memorable… Además está bien rodada aprovechando los medios
que tienen. Para
aquellos que esperaban una comedia habrá un problema de expectativas. Hay
golpes de humor, sí, pero no es una comedia en sentido estricto. Tampoco es
excesivamente sangrienta. Tiene más de aventura que de terror. Son zombis pero
habría sido lo mismo con leones o velociraptores. Sí
me gusta el tratamiento que hacen de la Guerra Civil. Por fin hay alguien que
se da cuenta de que ha pasado casi un siglo y que es una estupidez seguir con
memorias y ajustes. O haces historia o haces una peli. Aquí han hecho una peli
decente que pudo dar para bastante más. Es
verdad que Aura Garrido y María Botto destacan, pero todo el
reparto está muy bien. El guión logra dotar de personalidad a todos los
personajes y ellos saben proporcionar una individualidad.
-Chico…
Realmente espero que te pagaran por adelantado. 1991.
Vietnam. Una niña sobrevive a un tiroteo. Samuel L. Jackson pasaba por
ahí y la adopta. La convierte en su protegida. 30 años después Anna es una
experta asesina a sueldo. Todo
aquel que pregunta por Lucas Hayes aparece muerto poco después. Eso es lo que
pasa al protector de Anna. Y ella, lógicamente, se lo toma como algo personal.
Así que empieza a preguntar por Lucas Hayes y va matando todo lo que le envían. No
sé cuántas manos hay en el guión pero hay ideas buenas (ese giro en el último
tercio) y otras muy de garrafón (hasta vergonzosas de puro ridículas o sin
sentido). Si es un único guionista entonces tiene doble personalidad. Otra cosa
es la dirección de Martin Campbell. Nunca ha sido realmente un director efectivo. Maneja bien las escenas de acción (hay coreografías de peleas
logradas) pero no sabe qué hacer con todo lo demás. Realmente
creo que aquí había una película con potencial. Debieron verlo Maggie Q.,
Michael Keaton y Samuel L. Jackson. Pero es demasiado irregular
en ritmo y planteamiento.
1.
Ese batiburrillo de gentes, ideologías, políticas y economías que es Disney
lleva a inevitables contradicciones. Ahora están en un lío sobre el apoyo o no
a leyes LGBTQIA+. Lo que más me ha emocionado es que hay huelgas de… 15 minutos
cada día. No sé si es que realmente no se lo toman muy a pecho o si difieren
mucho de lo que en España consideramos huelga. 2.
No sé cuántas veces ha cambiado Metro Goldwyn Mayer de manos. Ahora parece que
la comprará Amazon. Y, con ello, se lleva un catálogo de 4.000 películas y
17.000 series. Entre otras cosas James
Bond. 3.
Jared Leto quiere ser, otra vez, Joker.
Dice que sería una pena no volver a interpretarlo. Yo pienso que sería una pena
que volviera a hacerlo, pero para gustos los colores. 4.
Qué bien se está portando en taquilla Uncharted.
Harry
Ambrose se ha jubilado y decide descansar con Sonya en una isla. Como es Harry
Ambrose no tenemos claro si la jubilación le gusta o no. Como es Harry Ambrose
sabemos que siempre mirará más allá de las apariencias, en el fondo del alma
humana, del pecador que todos llevamos dentro. Esa misma noche ve cómo una
chica se arroja por un acantilado. El
análisis psicológico es menos profundo que en otras temporadas porque no se
centra en un único personaje. Esta vez se trata de una comunidad de pescadores
en una isla. La ventaja es que siempre me ha gustado esa transmutación
policía/sacerdote y aquí se evidencia de modo palmario: Ambrose es más un
sacerdote, un confesor, que un policía. Hace que la gente hable, que cuente su culpa,
que se exponga y vuelque su interioridad. Él, tan roto, culpable, pecador como
todos los demás. Hurgando en las miserias del alma humana. Ni
siquiera hay un crimen inicial. Es un suicidio. Pero él busca la verdad, hasta
el fondo, Provoca lo que vendrá después por su persistencia. El objetivo es que
nadie calle, que todos confiesen el dolor. Entre
tanta miseria es una alivio Lou. Un poli ingenuo, tal vez. Un superviviente
bondadoso en la muchedumbre de secretos. O tal vez también tenga los suyos. Hay
algún detalle que no me ha gustado. Algún cambio brusco en el modo de ser de
alguien, alguna reacción forzada. Pero está bastante bien. El final, como
siempre, es devastador para todas las partes. La verdad arrasa todo a su paso.
Pero es la verdad y tiene que salir a la luz aunque las consecuencias sean
demoledoras.
¿Qué
hay detrás de las sectas que defienden el cine de serie B? Es una pregunta que
me planteo desde hace tiempo. Argumentan que la técnica no es importante. La
técnica viene a ser algo así como un falseamiento añadido. Sólo importa la
idea. La ejecución es lo de menos. En cierto modo es un resurgir de los
planteamientos de Duchamp y los chicos de las artes plásticas de los
años 20 del siglo pasado. En
imdb le dan un 1’9 de puntuación. Es decir: hay pelis mejores. Pero también di
con un grupo que la defendía apasionadamente. Bueno.
La peli está mal rodada, mal interpretada, mal editada. Lo que cuentan en la
primera hora pudieron contarlo en 5 minutos. Y lo que viene después, lo que
supongo que llaman la idea, el giro interesante, no es nada del otro mundo. Si
quieres hacer algo así debes asumir tus debilidades y limitarte a lo meramente
conceptual. Tendrás que currarte el guión, claro. O no hacerlo. Sí.
Habría sido mejor no hacerlo. Un
horror.
-No
hay algo sin nada. Cuando
adoptaron a Mika, una niña oriental, compraron a Yang, un techno-sapiens. Yang
era una especie de tutor, hermano mayor, niñera… Pero ha dejado de funcionar. Y
cuando extraen su núcleo de memoria descubrirán su mundo interior. Extraña.
Intimista. Normalmente el enfoque de las Inteligencias Artificiales deriva en
la guerra del hombre contra las máquinas. Aquí optan por lo contrario. Un robot
con alma poética, filosófica, romántica. Y si puedes amar… La
película en realidad es el relato de un funeral. Alguien muere y la gente
comenta cosas sobre el fallecido. Es una película sobre el duelo. Cómo lo
llevan el padre, la madre, la hija. Y gente a la que Yang conoció, gente en la
que dejó una huella de bondad, de amor. Gente que le apreciaba. Yang
se preguntaba sobre el sabor que tendría el té, sobre experiencias humanas,
sobre el más allá. No hay algo sin nada. Sin saber si todo era programación o
si algo de él era propio. Colin Farrell encabeza el reparto.
Todo es pausado, calmado. La puesta en escena está cuidadísima. Cambia el
formato de pantalla cuando hablan por teléfono. Los colores ayudan a la
melancolía. Le
falta algo. No sé muy bien qué. Tal vez una comprensión de los fallos en ese
matrimonio, tal vez un giro… Pero entiendo que es muy válida la opción de dejar
en el misterio el misterio de la interioridad. Me
ha gustado pero no sabría a quién recomendársela.
-¿Alguna
vez te dio una paliza un niño nerd con asma? Y
de la niña de 13 años de ayer (Red) pasamos a un niño de 12. A este le entiendo
mejor. Menos complicado. Más elemental, si quieres. Sin complicaciones
psicológicas. Más simple que una piruleta, si te apetece. Adam
a sus 12 años está a sus cosas cuando se encuentra a su yo del futuro. Que
viene de 2050 con un balazo. Es
un lujo de entretenimiento. No tiene nada nuevo pero lo tiene todo. Referencias
a Regreso al futuro, Star Wars, Terminator… Viajes en el tiempo, aventuras y un ritmo brutal,
incesante, imparable. El tiempo adecuado para la acción, el adecuado para el
drama, el adecuado para las tonterías. El
guión ha trabajado bastante bien las interacciones entre los personajes. Si los
juntan es por algo, aporta algo. Pero me parece que funciona especialmente bien
la dinámica entre Adam adulto y su padre. Ryan Reynolds,
Mark Ruffalo, Jennifer Garner, Zoe Saldaña, Catherine
Keener y el chavalín: Walker Scobell. Se
olvida tan rápido como se ve, pero es un buen entretenimiento.
La
directora no se corta un pelo a la hora de meterse en la cabeza de una
treceañera. Para alérgicos como yo, es una exhibición espeluznante, repelente.
Repulsiva. Los primeros minutos los ves con una mueca de asco en la cara. Meilin
y sus tres amigas me caen mal. Y
entonces, cuando Meilin siente una emoción intensa se transforma en un
gigantesco panda rojo. Una metáfora sobre los cambios de la adolescencia. Algo
que podría convertirse en manido. Pero el modo en que Pixar lo trata es
maravilloso. Visual y narrativamente. Hormonas,
cambios físicos, psicológicos, encontronazo entre infancia y madurez, choque
cultural entre lo canadiense y las tradiciones chinas, fricciones entre lo que
quiere y lo que realmente quiere,
contradicciones en el colegio, controlar las emociones. Y añadamos la familia,
claro. El secreto generacional. Eso íntimo, intransferible, incomunicable que
queda en el ámbito de la familia. La herencia de nuestros ancestros. Aceptarse
uno mismo. Ser uno mismo. En
el aspecto visual maneja gran cantidad de registros, mezclando la tradición
occidental y lo oriental, entrelazando una estética general muy Pixar con
toques del anime y el manga. Qué gran secuencia la del bosque de bambú. Además rompe
la cuarta pared, alterna de lo frenético a la calma, juega con paletas de
colores muy variadas, ediciones en cuadrícula… Y lo combina con un repertorio
musical también variado. Tiene
capacidad para llevarte del repelús a la contemplación en un pestañeo. Y muchos
pequeños detalles. Citaré uno: Meilin mirándose las manos y convirtiéndolas en
garras por un instante para volver a sus manos de niña. Conociéndose en su lado
oscuro. En
una película llena de personajes femeninos la aportación del padre, breve,
discreta, es decisiva. Hay
mucho fondo en esta película. Cuestionable, debatible. Acaba la película y
Meilin y sus amigas me siguen cayendo mal. Pero eso es bueno. No son personajes
planos. Una
cosa no me gusta. Creo que Pixar se va volviendo, en cada película, más
aleccionadora. Más Disney.
1.
En 1985, en Australia, se estrenó la serie Neighbours. 37 años después ha sido cancelada. ¿Y qué?, dirás.
Pues que de ahí salieron los hermanos Hemsworth, Russell Crowe, Margot
Robbie, Guy Pearce, Radha Mitchell… En fin, parecido a La que se avecina. 2.
Muy curioso ver en la misma semana a John Turturro interpretando a un
gran villano en The Batman y a
un gran ingenuo en Separación. 3.
Que no te extrañe si ves en los próximos días varias críticas a pelis de
ciencia-ficción Tengo unas cuantas pendientes. Al menos 3. A ver qué tal. 4.
Estoy acostumbrado a que Disney me decepcione. En realidad ya no me decepciona
porque ya no espero nada. Pero confío en que no ocurra con Ms. Marvel. Supuestamente se estrena en junio y los rumores no
apuntan en una buena dirección. Ay.
Son
dos temporadas de solamente 2 capítulos cada una. Dos casos. Muy
decepcionante. No suele suceder con las series británicas pero a veces pasa. Joven
chica periodista en los años 80 de Glasgow. El problema es que se convierte en
un compendio de corrección política fabricado con brocha gorda. Nadie la
acusará de ser sutil. Cogen la lista progre y van marcando. Thatcher
mala (hecho), mujeres trabajadoras buenas (hecho), amas de casa malas (hecho),
madres solteras (hecho), gays (hecho), se nos olvidó poner una chica negra en
la primera temporada así que ahí va en la segunda (hecho), polis machistas (hecho). Rubia
tonta (hecho). Y
lo mismo pasa al presentar a los personajes. Lo de la nueva editora es verla
aparecer por la puerta y saber que es un bicho. Prácticamente adivinas el final
sólo por el modo tan burdo de exhibirla. Ni un matiz en los personajes. Pero
como es británica la ambientación es sorprendente. Desde las calles de los 80 a
los pin de las chaquetas pasando por los amigables Mac, vestuario, mobiliario…
Es lo único bueno de esta serie. El resto es tan tosco que extraña que dieran
el visto bueno al guión. Porque la verdad es que los casos policiales que se
investigan tampoco son una maravilla.
Está
rodada con decencia pero es que apenas tiene sentido lo que ocurre. No
tiene sentido destruir la ciudad en una persecución sin razón de ser. No tiene
sentido darse de puñetazos para averiguar lo que, como se ve a posteriori, te
pueden contar sin esfuerzo. No tiene sentido el disco duro. No lo tienen los
planes absurdos, dejar suelto al malo, la mayor parte de los tiroteos… Lo peor
es lo del jefe del periódico. El robo de la noticia, las disculpas. El giro más
estúpido para que maten a otro que no sea co-protagonista. No
tiene sentido un final de resolución casi infantil. Una
de acción de Liam Neeson pero bastante peor que las habituales.
Aventuras
y comedia. Comedia coreana. Están todo el tiempo gritando, dándose collejas, cosas
así. Muy histriónico y exageradamente paródico. El
nivel de producción es buenísimo. La puesta en escena muy bonita de ver.
Vestuario, barcos, algunas secuencias de fantasía… Lo más flojo es la edición.
Todo muy juguetón. Una de esas pelis que te recuerdan a cuando tenías 13 años y
disfrutabas con cualquier tontería que tuviese acción, peleas y la chica guapa.
Aquí la chica guapa es la capitana. La única mujer del barco. Hasta que
secuestran a otra que se encuentra muy a gusto con su nueva vida. La
cosa es que hay un tesoro (obvio) y van a por él (obvio). Se traicionan
mutuamente de continuo y de continuo se vuelven a aliar. Además hay otros tras
el tesoro. Los verdaderos malos. Y unos pingüinos. Muy
imaginativas y espectaculares algunas secuencias. La de la corriente
subacuática o la del Mar de Fuego. Impresionante la del volcán submarino. Es
una juerga inocente, para público amplio. Puede que en ocasiones le falle el
ritmo pero da igual porque no te importa que dure una hora o seis (dura dos).
Es sentarte y que te echen lo que sea. No
puedo decir que sea buena pero me lo he pasado genial. Ojalá se hicieran muchas más pelis así.
Rahim
está en la cárcel por una deuda. Sale con un permiso de dos días dispuesto a
conseguir dinero para pagar esa deuda. El
inicio tiene un par de planos sintomáticos. En el primero no llega a coger el
autobús por muy poco. En el segundo contemplamos la maraña de un andamiaje de
una excavación arqueológica. Recuerda (a mí me recordó) algunas de las escenas
de El proceso de Orson
Welles. Y ciertamente, aunque he leído por ahí que es una adaptación de El idiota de Dostoievski, me parece que esta película tiene mucho de kafkiano que veremos
desarrollarse y amplificarse a medida que transcurren los minutos. Farhadi vuelve a contarnos una
de esas historias que se le dan tan bien. Nos centra en una persona y, a partir
de ahí, vemos cómo sus acciones afectan a más y más gente. Lo que hacemos
incumbe a una escala social. El
prestamista, la familia, los empleados de la cárcel, el taxista, la asociación
benéfica, medios de comunicación… Una onda expansiva de proporciones
inesperadas a partir de un acto bueno y unas metirijillas. Hay
mucha luz en la película, la luz de Irán, cálida y colorista. Un contraste con
la falta de sentido que presenciamos. Las situaciones se complican de formas
inesperadas, un destino de mala suerte implacable. A
veces es angustiosa y, al mismo tiempo, casi cómica. Esos giros que complican
todo tienen algo de ironía burlona. Al final sólo queda la aceptación de la
arbitrariedad.
Supongo
que era un momento oportuno el estreno de este documental, con la peli de Being the Ricardos entre las
nominadas a los Oscar. Por otra parte siempre es un buen momento para hablar de
Lucille Ball. Como
en otras ocasiones (otras pelis, otros documentales) creo que hablan demasiado
sobre el matrimonio de Lucy y Desi y poco sobre lo que la
productora Desilu significó, sobre I
Love Lucy, sobre su importancia social, sobre las estrellas invitadas
que aparecían. En fin, sobre el espectáculo y el negocio en sí. Amy Poehler se echa a los hombros
la dirección y producción del documental. Y también me habría gustado saber
algo del porqué. Si haces algo así significa que hay una conexión personal,
emocional, profesional… Algo de algún tipo. Y eso arroja valor sobre el propio
documento. Pero, en fin, nadie lo hace. A mí me gustaría saber el porqué del
empeño de la directora. En
cualquier caso es interesante. Mucho para quien sepa poco o nada de Lucille
Ball y Desi Arnaz. Para un mitómano como yo bastante menos, pero aún
así viene bien enfocarse en esas personas que crearon y dieron forma a la televisión,
que fabricaron cosas de la nada, aprendiendo de cero, cambiando, modificando y
que dejaron una huella tan marcada que es casi imposible liberarse de sus
esquemas. Basta
con ver la apabullante mediocridad de las sitcom actuales. Raramente encontramos algo original, algo que Lucy y Desi
no hubiesen dicho ya. Y dicho mejor. Ahora
sólo falta que una plataforma se decida a colgar todos (toditos) los capítulos
de I Love Lucy y The Lucy Show. Y yo dejaré de ver
cualquier otra cosa hasta que me los vuelva a repasar.
Cuando
lees excesos elogiosos sientes la tentación de irte al lado contrario. Y no
sería justo con esta película. Es muy buena. Pero no nos volvamos locos. Es
una película rodada en oscuridad y rabia, de tono muy realista, con un guión
sólido y bien estructurado que hace que el ritmo se mantenga las casi tres
horas. Eso es muy sorprendente porque, en retrospectiva, hay muy pocas escenas
de acción y son poco espectaculares. Para empezar le agradezco que nos ahorre
esos 20 minutos finales de acción descabellada de las pelis de superhéores.
Aquí no creo que lleguen a 10 y tienen su razón de ser. Creo
que lo que más me gusta es esa sensación de incomodidad que produce, tan
semejante a los Batman de Tim
Burton. Tan desconcertante, tan claustrofóbica. Pero hay otras cosas muy
sorprendentes. La persecución en coche, por ejemplo. Creo que nunca he visto
una persecución rodada de un modo tan extraño y eficaz. Muy
buena la banda sonora. Muy buena la planificación y edición. Diré
pues, las razones para no volvernos locos, lo que no me ha gustado. Es un Batman muy inexpresivo y, en
general, los personajes carecen de matices, de profundidad. Son buenos actores
y eso hace que tengan presencia, pero les falta fondo, desarrollo. El otro
defecto que le veo es que me parece que Matt Reeves ha hecho un refrito
de las cosas que funcionaban en los Batman
de Burton, Nolan, Snyder y otro poco del Joker. Insisto en que el resultado
es muy bueno pero no le veo su propia personalidad. Desde
luego sí es diferente a esa peli que Marvel ha repetido veintitantas veces.
Tiene fuerza, acongoja, abruma y muestra un deseo de evadir los clichés.
1.
Todos echamos de menos Justified.
Por eso me parece una idea buenísima que se haga una miniserie titulada Justified: City Primeval. Idea más
buena aún si quien dirige es (trompetas triunfantes) Quentin Tarantino. 2.
Anthony Starr, el actor que interpreta a Patriota en The Boys, fue detenido en Alicante
por liarse a mamporros bajo efectos etílicos. A mí esto de llevar tu papel a la
vida real me parece ir un poco lejos. 3.
Me gusta la pinta que tiene Bullet
Train. Brad Pitt, con 58 años encima, parece en plena forma. Aunque
nunca sabremos realmente qué hace él y qué no. 4.
Cada vez parece más inevitable la existencia de Los Mercenarios 4. Y con el doble de presupuesto que las
anteriores. Imagino que ese dinero se irá en rejuvenecer digitalmente a los
actores porque, en fin, vamos que…
Vicky McLure deja el vestuario y
los modales de pija que se calzó en Line
of Duty por un estilo un poco más rudo. Pero hay cosas que permanecen.
Aquellos minuciosos y exhaustivos interrogatorios tienen su paralelo en la
desactivación de bombas. Paso a paso, gota a gota de sudor. Pura tensión. Esa
parte está muy bien llevada. Las bombas, las trampas, las evacuaciones, los
protocolos. Un ritmo perfecto. El
gran problema es que averigüé de inmediato quién era el responsable de los
atentados. Aun sabiendo la identidad del culpable podría haber disfrutado la
serie. El problema está en que lo supe por la forma de introducir a los
personajes, el modo de ofrecernos pistas falsas, los diálogos tan elementales,
el guión tópico, los estereotipos… La serie encubre sus deficiencias con una
vorágine de desactivación de bombas. A
la postre acabas por verle los trucos, la vaciedad. Rellenos de baratillo como
la psicóloga, relaciones artificiosas… Apariencias que pretenden contar algo
más de los personajes pero que carecen de cualquier relevancia. Así
que me deja una sensación agridulce. Bien el núcleo, mal el perímetro. Me ha
sorprendido que haya tanta gente que no viera venir al culpable. Para mí estaba
clarísimo, esculpido, subrayado en exceso. En
cualquier caso, si no eres tan quisquilloso como yo, es una producción
británica de seis capítulos entretenida y resultona. Pero el guión deja mucho
que desear.
-Mira
el esperpento con pinta de lesbiana que está ahí fuera. La
película tiene una cosa buena: las fabulosas interpretaciones de su trío
principal. Penélope Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez.
Te los crees, aceptas la existencia de esos tres personajes por completo. Pero Antonio
Banderas… Bueno, Antonio Banderas está en su salsa, disfruta, juega
y hace gala de un montón de registros. Me
gusta también cómo usan en ocasiones la profundidad de campo. Y muchos diálogos
son realmente divertidos. Con
todo eso es una película discreta. Ácida, burlándose de su propio oficio, pero
compuesta por una sucesión de escenas que son, en realidad, un collage de gags.
Momentos más o menos graciosos pero con problemas de ritmo cada cierto tiempo.
Y aún habrían tenido más problemas de no ser por los actores. En una de las
primeras escenas Penélope Cruz nos cuenta de qué va la peli que quiere
rodar durante varios minutos. Hay que ser buen un actor para que eso no resulte
un petardo. Es
una película liviana, juguetona, a veces casi teatral, irregular y, pese a su
carga de ironía, con poco fondo.
Los
estadounidenses son expertos en explotar éxitos. Si algo funciona, allá van. No
me refiero sólo a sagas como la marvelita. Me refiero a conceptos. Por ejemplo
al harén ficticio de princesas Disney. O a sus psicópatas auténticos. Algunos
de ellos, como Ted K., también son expertos en explotar cosas.
Literalmente. Supongo
que a pocos españoles les interesará Ted Kaczinsky. Pero ahí está. He
escrito el apellido sin tener que mirarlo porque ya le he oído mencionar en otras
series y películas, sobre él, sobre referencias, alusiones… Es como un mito. La
película me ha gustado por su aspecto visual y nada por su contenido. Está
claro que el director se ha esforzado mucho en la realización de una
planificación acorde con la psicología del individuo. Esa cabaña en que vive es
algo así como el universo mental de Ted K. Hay secuencias oníricas, hay
secuencias frías, hay secuencias mareantes. Hay travellings circurlares, hay una fotografía de contrastes. Hay un
intento de ver el mundo como lo ve una mente psicótica. Ahora
bien. Todo ese esfuerzo me dice poco (¿nada?) de la verdadera psicología, de sus
motivaciones, de su personalidad. No aporta nada nuevo a Manhunt: Unabomber. Tal vez no hay
nada nuevo que saber. Tal vez es imposible. Tal vez porque no soy
estadounidense. Así
que me quedo simplemente con su ejercicio de estilo y con la interpretación de Sharlto
Copley. Se ve el gran esfuerzo del actor por encarnarlo.