Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
Sabido
era que Netflix revolucionó el sistema de producción de películas agilizando
las cosas y, por tanto, abaratando costes. ¿Ha hecho lo mismo en series de
animación? No tengo ni idea de cómo se hizo Maya y los tres. No lo he investigado. No sé cuánta gente
trabajó ahí ni cuánto tiempo emplearon. Pero es una auténtica revolución. Así
que cuando veo Encanto, hoy,
no puedo juzgarla del mismo modo que lo habría hecho hace unas semanas. Muy
bonita, mucho colorido, miles de detalles y espectacular. ¿Pero es ahora eso
realmente meritorio? ¿No nos dijo Maya
y los tres que eso es “fácil”?
Si lo hace una serie, ¿cómo no va a hacerlo una película? Los
inicios me parecieron el Disney de siempre. La ambientación latina no parecía
suficiente para cambiar los derroteros. La música y canciones de Lin-Manuel
Miranda se me hacían demasiado largas. El desarrollo feliz se me antojaba
manido. Por
eso me interesó mucho más su último tercio. Ahí, la intriga de la pérdida de la
magia alcanza sentido. La
trama, al fin, se vuelve más oscura. Aparecen las grietas de esa familia
aparentemente feliz. Hay resentimientos, heridas, palabras no perdonadas,
dudas. El don gratuito que recibieron no fue bien utilizado. La carga del
demoledor peso del pasado crece cada día. El
resultado es bastante decente. No alcanza el nivel de las más grandes de Disney
pero hay un esfuerzo por realizar algo un poquito diferente. En cualquier caso
me quedo con la sensación de que los guiones de Disney siempre necesitan más
vueltas. En este caso habría sido bueno plantar antes esas semillas de
infelicidad, de modo más orgánico. Los conflictos surgen de repente, porque nos
lo dicen, no porque lo veamos.
-¿Suelto
a los perros? Es
un despropósito de película. Mal dirigida, mal montada, mal interpretada. A
veces tiene ideas visuales que introduce porque sí, sin venir a cuento. Como
esa escena en plan Sin City o
la foto animada del periódico en plan Harry
Potter. Unos
delincuentes son utilizados para acabar con la mafia de Corea. Es decir, una
especie de Escuadrón Suicida
pero sin superpoderes. En realidad más Bud Spencer y Terence Hill
que Escuadrón suicida. Con
todo lo mala que es resulta entretenida por lo loco. Pero ni la mencionaría en
el blog de no ser porque me da pie para hablar de otro tema, de algo peor que
la peli en sí: el doblaje al español. Esto
de la proliferación de plataformas, series y películas ha sido para el doblaje
un error, un horror. Y muchas veces para los subtítulos. En esta película es
demencial. Tanto lo que dicen como el modo decirlo. ¿No se dan cuenta de lo
raro que resulta oír, en boca de coreanos, giros (insultos, tacos, blasfemias)
que sólo existen en español? Ya resultaron raros en traducciones del inglés
pero aquí… No
sólo eso. Parece hecha con desgana. Nadie se queja, gime o protesta de un modo
tan memo. Tras el doblaje de esta peli ni hay traducción ni hay verdaderos
actores de doblaje. Esta
tendencia va a peor. Hace unos meses vi un capítulo de una serie en inglés y castellano
para comparar. En castellano parecía una comedia compuesta de chistes verdes y
marrones. En el original apenas había nada de eso y, desde luego, no tan
visceral, mucho más suave. Desmadre en castellano, picardías leves en inglés. Animo
a los traductores/dobladores a que miren un poco más el diccionario de Oxford.
Indica por dónde deberían ir los tiros. No puede ser que una exclamación de
sorpresa sea traducida al español como una blasfemia o que una palabra marrón
típica de un niño se convierta en una obscenidad. Y,
por favor, regresemos al actor de doblaje. De verdad que es atroz lo que han
hecho aquí. Por
cierto. En otra película he llegado a oír, en español, un “no está casado” cuando el original inglés decía “está casado”. Detrás de esas
alteraciones tan brutales hay algo aún peor que malos traductores/dobladores.
Una
dirección de fotografía estupenda. El
resto es una majadería y todas las cábalas, interpretaciones y supuestas
alegorías que se le están dando me parecen superfluas. El director se debe
estar tronchando porque haya tanta gente elaborando teorías de algo que es una
gigantesca broma, una tomadura de pelo.
1.
He visto que la semana pasada se estrenó una peli titulada The Princess Switch 3: Romancing the Star.
Es imposible que alguien pensara que titularla en España Requetecambio de princesa era una
idea buena. Eso es un saboteador. De cosas como esa viene, supongo, el
aforismo. Traductor, traidor. 2.
Hay gente que no puede estarse quieta. Hayao Miyazaki abandona su retiro
para dirigir nueva película: How Do
You Live? Ha asegurado, otra vez, que será la última que dirija. Sí,
ya. 3.
La próxima película de Chloe Zhao
será, dice, un western de ciencia-ficción con vampiros. Y se queda tan ancha. 4.
El último duelo costó 100
millones. Ha recaudado 27. Ridley Scott culpa a los teléfonos móviles, a
los jóvenes de hoy que los usan, a la apatía de los millennials. Es una excusa
muy peregrina pero, claro, no va a culparse a sí mismo cuando hace una chapuza. 5.
Ridley Scott también dice que hay pilotos para las series de Blade
Runner y Alien. Yo
preferiría que a Blade Runner
no lo toqueteen más. Pero Alien,
sí. Dame mucho Alien, por
favor.
En
algún momento mencioné que no entendía a qué venía tanto revuelo con la serie
animada de Cowboy Bebop. No
siento por ella la fascinación de muchos. Pero no necesito ser un fan para ver
que esta serie en imagen real, al igual que Fundación, no respeta para nada el espíritu del original. Que
es otro producto que aprovecha un nombre para sacar dinero. Que, con otro
nombre, con personalidad propia, no tendría mucho futuro. Porque no tiene personalidad. La
serie entera se encuentra en una tensión continua. No sabe qué quiere ser.
¿Podríamos llamarlo tensión de género no resuelta? No sabe si es comedia sin
gracia o drama necio. Y en esa continua pulsión se le escurren las pocas ideas
buenas que pudiera tener. Visualmente
hay algunos aciertos llamativos. Escenas aisladas captadas con una fotografía
interesante. Pero ni siquiera en eso existe cierta unidad. Parece que cada
escena pertenece a un tebeo distinto. Supongo que buscan eso. Pero es un error. A
veces ha llegado a resultarme profundamente desagradable, especialmente esas secuencias
de violencia desmedida que se creen graciosas sin serlo, tan desajustadas del
tono ligero habitual, al borde de la esquizofrenia. Te planteas si hubo una
reunión de guionistas para llegar a algún acuerdo de lo que pretendían. Y,
finalmente, ¿a quién se le ocurrió que suprimir a la hacker Edward Wong Hau
Pepelu Tivrusky IV (Radical Ed para los amigos) durante toda la temporada era
buena idea? La presentan en la última escena confiando en que sea anzuelo para
la segunda temporada. Recurrir a algo así para tratar de forzar la renovación demuestra
la poca confianza que tienen en sí mismos. Fíjate.
Sale John Noble en un momento supuestamente sorprendente. Y me importó
un pimiento. Esta
serie necesita una reestructuración total. Empezando, claro, por el showrunner. Contratar a alguien que sepa
lo que hace suele ser una buena idea de arranque.
Se
decía que Fundación era
inadaptable. Por fin ha llegado David S. Goyer para confirmarlo. No se
decía, por alguna razón, que parte de esa dificultad estaba en la misoginia de Asimov.
Hasta que llegó David S. Goyer y puso un montón de mujeres
protagonistas. Todo esto significa que cualquier parecido con la obra literaria
es pura coincidencia. De hecho sólo coincide algún que otro nombre. Eso puede
llevarte a engaño pero debes repetir tu mantra: es sólo un nombre, nada que ver
con la obra literaria. Así
que han cogido la psicohistoria y han hecho con ella lo que les da la gana.
Cosa que me parece muy bien. En principio. Porque
tras diez capítulos y decenas de años transcurridos, descubriremos que ahí no
ha pasado casi nada. Veamos las tres tramas principales. En la primera, la
supuesta principal protagonista, permanece en una nave a la deriva. Sola. La
protagonista se limita a contar números primos y hacer cálculos. Diez capítulos
sin que la protagonista haga nada. En la del triunvirato de los clones Cleón,
uno de ellos hace una excursión sin especiales consecuencias y otro parece que
va a hacer algo arriesgado pero no. La historia de la Guardiana Salvor es la
que más engaña porque parece que va a expandir la cosa. Y
en el capítulo 9 descubrimos que estamos en el punto de partida. Luego está el
10 para hacernos creer que sí pasarán cosas más adelante. Tengo
la sensación de que Goyer y compañía renunciaron desde el minuto uno a
adaptar Fundación, vieron que
estaba pegando fuerte The Expanse
y han querido hacer algo similar. Se han quedado a un par de galaxias. Lo
que más evidencia la ausencia de fidelidad al texto, lo peor de todo, es la
presencia de robots sin las leyes de la robótica de Asimov. No se
respeta ni siquiera el espíritu del original. Otro producto que aprovecha un
título conocido para sacar tajada. Me
ha costado terminarla. En el capítulo 3 tuve claro que no llevaba a ningún
lado.
Creo
que Jane Campion es buena directora pero que está sobrevalorada. Hay
muchos críticos que la ensalzan, así que supongo que no conecto con ella, sin
más. Me parece que, en todas las críticas que he hecho de sus películas o
series, menciono siempre que no entiendo a sus personajes. Y
eso me pasa aquí de nuevo. Está el trasfondo freudiano que formará los
conflictos. Y luego están las psicologías personales que me parecen
incomprensibles. No entiendo la inseguridad de Rose ni que se agobie por un
tipo como Phil, no entiendo la mayoría de las reacciones de Phil ni el cambio
repentino hacia Peter, no entiendo a George y su apasionada frialdad (aclárate,
tío). Un
ejemplo: las pieles. Se forma un drama de ira, rabia, cabreos, lucha de poder y
celos por algo que no tiene ningún sentido ni jamás nos explican. ¿Por qué
diantres necesita quemarlas? Es el gran detonante pero es un drama absurdo. Así
que la trama de la peli en sí deja de importarme. Me gusta la Campion
que me da esos maravillosos paisajes, esa puesta en escena. Sin embargo me
gustaría que toda esa belleza natural contuviese algo más interesante para mí. Benedict
Cumberbatch, Kirsten Dunst y Jesse Plemons están magníficos. Me habrían
gustado más si hubiese podido entenderlos. Y aparece en un papel pequeñito Thomasin
McKenzie, el único personaje feliz de toda esta gente amargada sin motivo.
Nunca
antes has visto una película de terror así. Me
gustan todas las películas de Edgard Wright excepto Scott Pilgrim contra el mundo. A esa
no la trago. En esta ocasión, para inspirarse, acude a las grandes, a Psicosis y El resplandor. Y como se fundamenta en ellas, logra un producto
de enorme calidad, a un paso de ser una obra maestra. Técnicamente
impecable, mimada en todos sus aspectos. Puesta en escena, vestuario, banda
sonora, planificación, estructura, guión sólido… Ellie,
chica de pueblo, va a estudiar diseño de moda a Londres. Alquila una habitación
a una anciana. Por las noches es transportada a los años 60 y sigue las
andanzas de la glamurosa Sandy. Este es, como Marion en la posada de Bates, el
largo mcguffin inicial. A partir de
ahí entramos en un universo onírico y fantasmal que recuerda lo espeluznante de
El resplandor. Wright hace la transición del
glamur al horror con una fluidez pasmosa. Tal vez porque ambas cosas son lo
mismo. Para Sandy lo son. Y el mundo de Ellie se puebla de fantasmas y secretos
del pasado. Hay
una secuencia prodigiosa: la de los espejos y el baile con Matt Smith. Un recurso
extraordinario para mostrarnos cómo Ellie se identifica con Sandy. Defectillos,
que algunos tiene: Dentro del mcguffin
me parece excesivo alargarlo con la residencia para estudiantes. Hay un par de
diálogos para despistar al espectador y que no coinciden con la realidad. El
final, sin ser decepcionante, resulta un poco convencional. Debió tener más
fuerza. Dejando
eso aparte la película es poderosa y visualmente atractiva tanto en la
luminosidad como en el horror. Dos
actrices enormes, Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy, dan vida a
las protagonistas, creando identificaciones y disonancias cruzadas.
1.
Con mucho retraso se estrena en cines Años
de sequía. Una policiaca bastante maja. La recomiendo. 2.
Strangers Things vuelve a dar
una fecha aproximada de estreno: año 2036 para que también puedan verla en
Marte. No: es broma. Dicen que para verano de 2022. 3.
Hoy se estrenan La Rueda del Tiempo,
Cowboy Bebop y Rumbo al infierno. Me interesa mucho
ver qué pasará con la audiencia. Son tres estrenos muy potentes para grandes
masas. 4.
Palabras de Ridley Scott sobre las pelis de superhéroes: “Son aburridas de cojones y los guiones no
son buenos”. Creo que Martin Scorsese y Denis Villeneuve
tienen más prestigio y autoridad para decir esas cosas, pero no está mal que
las diga el director de Alien,
Blade Runner y algunas otras
cosillas que hizo después. 5.
El año que viene podremos ver una serie secuela de Willow y el mismísimo Warwick Davis volverá a darle
vida.
Dos
cosas buenas: una idea rompedora y la interpretación de Marta Nieto.
Todo lo demás está mal. Una
diseñadora de sonido comienza a tener extraños problemas auditivos: escucha las
cosas con retraso. Al principio son sólo, en sus medidas, un par de frames. Después, minutos. Esa
es la premisa. La primera posibilidad sería tratarlo como una metáfora de la
desincronización con la realidad, un drama sobre la desconexión del mundo en
que vivimos, la falta de empatía, la ausencia de sentido. Pero como el director
opta por el tono fantástico el desarrollo es un desastre: la metáfora carece de
todo valor, el ritmo es un espanto, la estructura hace que todo llegue tarde…
El símbolo debe sustituir al objeto pero aquí es el objeto. Así que no hay
símbolo. Es
un milagro que Marta Nieto logre sostener un drama en el que no hay
drama. Pensé
en la reciente Más allá de los dos minutos infinitos. Semejante en esa falta de sincronía. Pero lo que en
la película japonesa es hipnótico y de un ritmo tan intenso que casi agota,
aquí se convierte en tedio. Un ejemplo: ¿necesitamos los 10 minutos iniciales,
más otros muchos, en la sala de montaje de sonido para que nos quede claro a
qué se dedica la protagonista? Obviamente no. Simplemente al director le gusta
la sala de edición de sonido sin lograr que el espectador se contagie de esa
pasión. Lo mismo se puede decir de muchas otras situaciones. Viajes, idas y
venidas carentes de un valor cinematográfico detrás. Así
que la premisa, tan sugerente, sólo sirve para que el espectador piense en las
posibilidades no realizadas. Una pena.
Pues
eso. Una delicia. Más de lo mismo pero es que no debe cambiar. Buena gente
rural, paisajes bucólicos, pequeños dramas y el objetivo de resolver el enorme
suspense con el que nos había dejado la primera temporada: ¿acabarán juntos
James y Helen? Yo
a lo de Helen le doy muchas vueltas. La actriz que la interpreta. ¿Había visto
el campo alguna vez antes de hacer la serie? ¿Sabría lo que era el campo? Por
muy laboriosas que sean las labores del campo ella encuentra tiempo para
hacerse unos trenzados espectaculares. A primera hora de la mañana. Si el
Imperio Británico quiere promocionar que las mujeres vayan al campo no pudieron
elegir mejor actriz. Qué tía. Puede estar entre vacas, ovejas y heno que ella
mantiene siempre la buena presencia. Las grandes marcas de moda hacen para ella
ropa campesina. Y si encima llega James, que asiente a todo lo que ella dice
como un corderito… No
me gusta que haya tanto romance en ciernes. El de Helen y James vale. Tenía que
haberlo. Pero es que hay otros dos y hasta tres. Y fíjate que se lo perdono
porque es ponerse a verla y uno se cree que la vida puede ser así de bonita. Los
seis episodios saben a poco.
Película
desconcertante. Los
primeros 20 minutos parecen un drama matrimonial muy mal escrito, con
personajes de trazo grueso y tópicos. Después se convierte en otra cosa,
bastante más entretenida y sin complejos. Digo
sin complejos porque a veces no tienes clara la intención del director. Es como
ver una peli de El Coyote y el
Correcaminos pero con sangre y muertes. Situaciones rocambolescas en que
se encuentra la protagonista salvándose en el último momento de los dos
malvados. A veces gracias a su ingenio, a veces por azar. La cosa es que tiene
mucho de divertido y hasta de comedia. Y no sé en qué medida buscan eso en el
guión. Lo
bueno de todo ello, comedia o no, es que el suspense funciona decentemente con
una Megan Fox apañada y un escenario nevado que se convierte en otro
protagonista, jugando a veces a su favor y otras en contra. Y
la idea de ese cadáver esposado, arrastrado, zarandeado tiene su gracia
macabra, el peso muerto con el que cargamos todos, la oportunidad que se vuelve
en nuestra contra. Así
que tiene muchas cosas malas pero pese a todo, con un poquito de indulgencia,
puede llegar a ser disfrutable.
Como
en Estados Unidos ya han atracado (cinematográficamente) todo lo que se podía
atracar, Jaume Balagueró se trae a un reparto internacional para que
asalten el Banco de España. La
peli es bonita, está bien planificada, ambientada en ese Mundial que ganamos,
es elegante en sus movimientos de cámara, fotografía Madrid con gusto… Se
ve bien fácil porque ya te la sabes. Porque es una combinación de otras
cincuenta. Balagueró no pretende sorprender con grandes giros. Cuenta la
historia en orden muy cronológico. La planificación del atraco, la entrada previa al banco…
Prefiere el suspense suave al sorpresón agitado. No tengo nada en contra de eso,
pero lo cierto es que tampoco deja mucha huella. La ves, pasas un buen rato
agradable y ya. Desconectas enseguida, no deja poso. El
reparto es majo: Freddie Highmore, Astrid Bergès-Frisbey, Sam
Riley, Liam Cunningham, José Coronado, Luis Tosar, Emilio
Gutiérrez Caba y, de propina, Famke Janssen. Lo
que quiero decir es que con ese equipo de gente y con el cuidado que se ha
puesto en los aspectos técnicos, una vuelta más al guión para dar algo más de
gravedad a la historia no habría venido mal.
1.
Netflix ha sacado la lista de las 10 películas más vistas en toda su historia.
La primera es A ciegas, lo que
demuestra el tirón que sigue teniendo Sandra Bullock. 2.
No sé por qué habrá una peli sobre Blancanieves.
La bruja malota será Gal Gadot. Y me preocupa que ése sea el único
aliciente de otro de esos productos que nadie pide y que es imposible que
mejore el original. 3.
Hirokazu Koreeda ha fichado por Netflix para hacer una serie y una peli.
Dice que serán dramas, pero totalmente diferentes a lo que ha hecho hasta
ahora. Ni idea de cómo hay que entender eso. Espero que vayan más en la
línea de su primera etapa que de la última.
No
hay muchas vueltas que darle. Es lo que es. Un entretenimiento con acción
absurda, diálogos absurdos y situaciones absurdas. Es entretenida,
rocambolesca, mezcla aventura, robos, unas gotas de Indiana Jones, otras de Lupin,
chistes con mejor o peor fortuna. Están
ahí Gal Gadot, Dwayne Johnson y Ryan Reynolds. Vas a ver
la película por ellos y por ver su dinámica. Como tienen que hacer algo que
justifique la entrada lo aderezas con tiros, persecuciones y explosiones de
tebeo sin consecuencias. Van a Roma, Bali, Rusia, Valencia… Bueno, Valencia,
claro. La idea es que la gente arma ruido en la plaza de toros y, por tanto, el
mejor sitio para torturar a alguien es hacerlo debajo. Así no oyen tus gritos.
Todo absurdo. No sabes si reír o llorar. Optas por reír porque sabes que es la
intención de los responsables. La
verdad es que yo me quedo con Ritu Arya, la inspectora, la pobre. Me da
un poco de pena porque la chica es eficaz pero, claro, sabes que los otros
palurdos tienen que ganar.
Reconozcámoslo:
lo más interesante de la peli es el robot. Es buena gente, es gracioso, tiene
unas ocurrencias divertidísimas. Tom Hanks es un poquito desagradable.
Cosa que, en realidad, me parece bien. Un tío que no es capaz de trabajar en
equipo, que no confía en la gente, que huye de las relaciones humanas. Ha
tenido malas experiencias en la vida. Y, cuando llega el apocalipsis, prefiere
la compañía de un perro y de un robot. El
concepto de road movie como espacio
para conocer a otros siempre es un buen recurso. Carretera adelante, donde nos
lleve. La cuestión es, claro, cómo rellenas la ruta. Y aquí anda flojita. No sé
muy bien qué nos quiere contar más allá de la obviedad. Quizá no quiere contar
nada más y por eso me resulta un poco decepcionante. También he leído muchos
comentarios de gente que dice que suelta la lagrimilla. Creo que esta sociedad
es excesivamente sentimental. Más bien me ha dejado indiferente. Sospecho
que habría sido mejor película si empezara donde acaba. Es decir: las aventuras
de un robot y un perro con algunos flashback
sobre Finch. No en plan drama. Como comedia. Aunque, claro, pueden hacer una
segunda parte. Pero,
en fin, eso sería mi película. La presente tiene algunas buenas ideas, los
efectos especiales son más que decentes y tampoco se hace pesada. Pero insisto:
gracias a Jeff, el robot. Caleb Landry Jones le da vida.
Entre
Sergio Leone y Quentin Tarantino. Sin tanto ingenio, claro. Nat
Love era un crío cuando Rufus Buck mató a sus padres. Ahora ya no es un crío y
busca venganza. Tiene
muchas cosas buenas (recuerda: Leone, Tarantino) y algunas malas. Empecemos
por las malas. Sí se maneja bien en la agudeza de los diálogos cortos pero no
es tan hábil como se cree con las parrafadas largas. Eso hace que el ritmo
flojee. Organiza, por algún motivo que desconozco, una trama de aires complejos
para algo que es bastante sencillo. El guión es su parte más débil. Ese es un
problema gordo, la verdad. Todo
lo demás está bien: plantear un western
con intérpretes negros, presentar bien a los personajes, dotarlos de
psicologías definidas, atención a los detalles, una banda sonora atractiva y un
estilo seguro de sí mismo. También
hay algunas escenas humorísticas (el jovencito rápido con las armas que lleva
el discurso preparado para batirse en duelo o el atraco al pueblo de blancos).
Hay un tiroteo final larguísimo que está bien montado para que no canse y nos
ofrece la pelea entre las dos mujeres, la del bombín y la del sombrero de copa,
en un local de tinte que, cosas mías, me recordó un poco a Hero (sin gente volando). No
se convertirá en un clásico pero resulta muy entretenida. Que las dos horas y
veinte no pesen (o sólo en unas pocas ocasiones) es prueba de ello.
Lo
veo como el acta de defunción de las ideas en Marvel. La misma trama de
siempre. El ser superior que, por el bien común, tiene que cargarse a unos
miles de millones de personas. Otra vez. Thanos con otro nombre. Y el debate de
los súper es idéntico: obedecemos a la autoridad superior o no. Otra Guerra Civil con otro Endgame. Y
Chloé Zhao, que siempre había hecho pelis minimalistas centradas en un
único personaje, aquí tiene que presentar, desarrollar y hacer evolucionar a 10
protagonistas (o eso creo). Absurdo. Marvel
no aprende. Creen en más, más, más. Más personajes, más acción, más amenazas
globales. Y es lo contrario. Menos personajes para empatizar con ellos; menos
acción para así, al menos, sacar algo original y no repetirse; menos amenazas
globales para, quizá, hacerlo más verosímil. Imposible identificarse con nada
de lo que ahí aparece. Todo
muy explicado. Decenas de veces repitiendo el dilema. Eso
sí, de representación van bien servidos, que parece que es ahora el único
criterio artístico. Americanos, indios, mexicanos, chinos, blancos, negros,
heteros, gays, una sordomuda… Lo
peor de todo es el persistente y desesperado intento por otorgar a este barullo
unos tintes épicos y mitológicos sin conseguirlo, sin dejar el más leve poso. Por
otra parte, ¿no es raro que hablen de la competencia, de Batman y Supermán, como si ellos no tuviesen iconos suficientes después
de tantos y tantos personajes? Da que pensar.
1.
Contra todo pronóstico ha llegado a los cines Un espíritu burlón. No la recomiendo. Floja tirando a mala. No
entiendo que proyecten estas cosas y se queden en el tintero otras como No Sudden Move. 2.
Doctor Who 3x01. Buen arranque.
Los companion ya sólo son uno (¿o
serán 2?). Lo que siempre debieron ser. Aparcan homilías de representación. Hay
chistes. A ver cuánto nos dura. 3.
John Woo, el hombre que hacía volar a las palomas en cámara lenta,
vuelve al cine americano 18 años después. Silent
Night es una peli de venganza con Joel Kinnaman y, por lo visto,
será muda. 4. John
Wick tendrá otro spin-off. Será una película
titulada Ballerina y la protagonista
será Ana de Armas.
Frikis
del mundo, uníos para ver esta peli japonesa. Con
un presupuesto de 4 yenes, valores de producción bajísimos, fotografía de andar
por casa, una idea genial y una pasión alucinante, los responsables han sacado
adelante un producto hipnótico que te deja pegado a la pantalla sin parpadear
durante 70 minutos. Christopher
Nolan,
cuando la vea, comprará los derechos y la alambicará con una conspiración
mundial, espías y explicaciones pedestres de teoría de cuerdas. Un
hombre se sienta ante el televisor de su habitación. Y se ve a sí mismo, 2
minutos en el futuro, hablándose desde el televisor de su cafetería, en el piso
de abajo. Cuando se lo muestre a sus amigos la cosa se va a complicar. Como
si el lío mental no fuese suficiente, el director decide rodarlo en un único
plano secuencia de 70 minutos que nos ata a un presente que ya es pasado y que
te enreda en una trama que tiene comedia, drama, romance, un robo involuntario
y alguna sorpresa aún más loca. Todo
esto está muy bien pero creo que lo que más me sorprende es su ritmo, la
habilidad para añadir nuevos giros y ocurrencias, evitando que aburran las necesarias
repeticiones de 2 minutos. Y,
claro, uno piensa en la escritura de esa trama, en los ensayos que se han
tenido que hacer, en la medición de tiempos y en los mil detalles a tener en
cuenta y se queda patidifuso. Muy
amena y sin perder nunca su tono amable y simpático. El director: Junta
Yamaguchi. Hay que seguirlo.
-No. No soy Owen. A
la primera peli de terror en la que el protagonista encienda las luces cuando
las cosas se ponen chungas le daré un diez. Hitchcock hizo muchas cosas bien
y pocos son los directores que han aprendido de él. Podía rodar terror con
mucha luz, sin música, sin efectos de sonido… Contraviniendo las reglas lograba
más. En fin… The Night House no está mal. No puedo
decir que sea muy original, pero tiene algunos detalles a tener en cuenta,
tanto en la forma de concebir la trama como en lo visual. Esa sombra se
presenta de formas inquietantes. También hay que elogiar la interpretación de Rebecca
Hall, que mantiene la película casi por completo. Me
pesó bastante toda esa oscuridad. Creo que determinadas escenas, durante el día
o con más luz, habrían tenido un impacto superior. Huellas, rastros y otros
detalles no debieron ser un misterio. El director quiere que las veamos, así
que no era necesario rodarlas a oscuras. O los cadáveres. ¿No habría sido más
impactante verlos con nitidez? Ese
es también un hilo del que debieron de tirar. No es posible que se queden así. No
es una peli redonda pero está un poquito por encima de la media en el cine de
terror.
Al
fin. Una serie de dibujos animados de Netflix de calidad. De mucha calidad. Pienso
que hay tres inspiraciones: una animación clásica (la depurada de Pixar,
Dreamworks, Disney y demás), la acción (muy de anime japonés) y el estilo (no tan radical como el “románico” de Tomm
Moore pero con ese espíritu de búsqueda de lo ancestral). Todo
esto no es un plagio. Lo elaboran a su manera. Son ideas que han tomado para expresar
una estética maya/azteca muy personal. Y es esa estética la que me atrapó y me
hizo quedarme hasta el final. Una estética que impregna todo, un colorido
elaborado, un recargamiento visual muy controlado. Ahí detrás hay gente que se
ha parado a pensar mucho sobre el aspecto visual de la película y sus cientos
de pequeños detalles. Muy bonita, impactante y en ocasiones hasta apabullante. No
me gustaba el guión en sus minutos iniciales. Un conflicto manoseado entre
madre e hija. Pero mejora. Los dramas de los personajes secundarios son
interesantes, están trabajados y crecen progresivamente hasta llegar a un final
épico con cosas inesperadas. Las
secuencias de acción me fatigaron. Porque ya no tengo 13 años. Hay demasiadas y
son abrumadoramente largas. Pero incluso ahí me llamó la atención cómo
reinventan los conceptos del anime y
los transforman en algo propio, más elaborado, más imaginativo, mejor animado y
más coherente. Maya y los tres es una mitología
maya/azteca de producción mexicana y han puesto un montón de cariño, de energía
y de buen hacer para sacar adelante un producto potente, original y arriesgado.
Entre las voces originales están Zoe Saldaña, Diego Luna, Alfred
Molina, Kate del Castillo, Rita Moreno, Queen Latifah… Una
grata y enorme sorpresa.