James
ve en ocasiones el futuro por anticipado. Así que cuando vive el presente es
como una repetición. Algo que ya ha pasado. Saber esas cosas le viene bien para
sus trapicheos delictivos. El problema es que acaba de ver cómo lo asesinan.
A
partir del minuto 40 la cosa se lía. Muchos tirarán la toalla. Para mí es cuando
se pone interesante. Entra en juego una nueva variable. Ahí descubres que no es
una película para perezosos mentales y que tienes un puzle entre manos. Que es
importante averiguar cuándo es el presente.
Se
trata de una nueva vuelta de tuerca a un género ya visto muchas veces. El
mérito que tiene es que las paradojas temporales se hacen entretenidas, la parte emocional funciona con precisión y el
suspense mejora a medida que vas encajando piezas.
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