En
la Segunda Guerra Mundial muchos barcos viajaban de Estados Unidos a Gran
Bretaña con tropas, municiones y suministros. Cruzaban el Atlántico y, por
tanto, quedaban fuera del apoyo aéreo, a merced de los submarinos alemanes. Esa
zona fuera de cobertura se llamaba Agujero Negro.
Tom Hanks es el capitán del
Greyhound, barco principal que escolta un convoy de 41 naves.
Está
muy bien rodada, así que entiendo el cabreo de
Tom Hanks porque no se haya estrenado en cines y se vaya
directamente a la plataforma de Apple. Lo visual es el punto fuerte: proteger
el convoy, luchar contra los submarinos y rescatar náufragos. Tres frentes al
mismo tiempo en un caos. Hay secuencias bastante espectaculares.
Su
punto flojo es la trama, más sobada que el Resistiré. Gran parte del metraje consiste en decir números,
posiciones, coordenadas. Apenas conocemos nada de ningún personaje.
La
ventaja que tiene es que es corta y no da respiro. En el minuto 10 empieza el
duelo entre los submarinos alemanes y la flota aliada y ya no para. Juega bien
con la tensión entre los espacios cerrados y la amplitud del mar. Y hace un
frío de narices.
También
da una idea de lo pedestre que era la guerra en aquellos momentos. Recibías
fuego amigo porque no veías y los aparatos, aunque no se congelaran, tampoco
ayudaban mucho. Los ojos humanos seguían siendo la mejor herramienta.
Hay
una escena preciosa: un galimatías a nivel de mar, la cámara se eleva entre las
nubes, las rebasa y vemos la calma de una aurora boreal. Los hombres como
hormigas, afanados en nuestras tonterías mientras el cosmos sigue a lo suyo.
2 comentarios:
Muy clásica, la crítica la puso a parir pero yo la disfrute, me recordó a clásicos como "Duelo en el Atlántico"
Sí. Se puede disfrutar. Pero los personajes cojean. No hay apenas material humano y cierta muerte, por ejemplo, debería doler.
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