La película también
podría titularse Los X-Men según Tim
Burton.
Después de las dos
pelis de Batman nadie osó
encargarle más pelis de superhéroes a Tim Burton. Los estudios
tenían miedo. Los espectadores nos perdemos lo que hubiese ocurrido con una
mente verdaderamente imaginativa detrás.
Pero, en este caso, Burton
hace sus X-Men sin que le acusen de plagio. Una historia distinta, sorprendente,
con desarrollos inesperados, alejada de cualquier cliché. Ese niño peculiar que
el director lleva dentro saca a relucir lo mejor de sí mismo.
Prefiero la primera
hora (más narrativa) que la segunda (acción). Pero incluso en la parte de
acción es muy buena, muy original a la hora de presentar y resolver
situaciones.
Y, además, con mucho
humor y con unos personajes que no dejan de asombrar (ojo a Samuel L.
Jackson).
De fondo está ese
elogio a lo peculiar, a la rareza, a las infinitas variantes de la naturaleza
humana.
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