Lo único bueno de esta
peli es la interpretación que Emily Blunt hace de una alcohólica
depresiva. Bueno, vale. Y que también sale Lisa Kudrow un par de minutos
y Allison Janney diez.
Todo lo demás es
tontería. Ese montaje, hacia atrás y hacia adelante, tendría sentido si, por
ejemplo, la detective Allison Janney, fuese descubriendo las cosas en
ese orden. Pero no es así. Resulta que la protagonista olvida las cosas más
importantes para recordarlas al final. Y el montaje suprime la escena principal
para contártela al final. Simplemente porque sí.
El espectador se da
cuenta de que le están haciendo trampa y el suspense queda anulado. Y dices:
vale, tío, ya me pondrás ese par de escenas omitidas cuando te apetezca. De
hecho sólo parece una peli de suspense por la música, que te dice que tiene que
parecerte que hay suspense. En realidad es la historia de tres palurdas (dos de
ellas –rubias precisamente- un poco más que la otra) que te cuentan sus errores
del pasado. Y mucho de ello con voz en off.
Aburrida por lo general
y muy aburrida en muchos momentos.
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