6/9/25

Miércoles. Temporada 2

-¡Os ha superado una adolescente marginada bajita!
Tras su triunfo contra el demonio peregrino a Miércoles le ocurre lo peor que se podía imaginar: se ha vuelto popular.
Capítulo 1. Ejemplar. Así se sientan las bases de una serie: lágrimas negras, la tía Ofelia, el corazón delator, una acosadora, intentos de asesinato, nuevo director (¡Steve Buscemi!), recaudación de fondos… Cuervos. Mucha información pero adecuada. Nada de estirar trama. Todo importa. Y se añadirán el zombi, el Hyde, la paciente 1938, el tío Fétido, fantasmas del pasado…
Es Tim Burton y la estética es lo que más peso tiene pero me asombra que el guion tenga tal cantidad de tramas dispersas y logren manejarlas.
Aclaremos: no es un guion convencional. No es la plantilla. Burton demuestra que es un genio porque aterriza en los clichés de lleno para desbaratarlos. Unas veces lo hace con la propia estética, otras con un giro inesperado, otras con un golpe de humor meta porque esto es cine y puede hacer lo que quiera. Podemos decir que nos recuerda a Harry Potter o los X-Men. Pero no los copia. Te muestra qué diferentes habrían sido esas sagas si Burton las hubiera dirigido. Qué poco convencionales. Y tal vez poco comerciales.
Insisto en la estética. Qué pasada. Ese flashback hacia una stop-motion estilo Frankenweenie demuestra una imaginación con un estilo inconfundible. O el vestuario oscuro y crudo de los estudiantes en un luminoso prado de yerba amarilla. La puesta en escena es extraordinaria en todos los niveles.
La forma tan directa y cabal de merchandising: la cubierta del cómic, la muñeca de Miércoles
El humor, lo macabro, los símbolos… Brillante. Toda la familia Addams crece en protagonismo.
Sé por qué no gusta a los que no les gusta: no es convencional. A mí me gusta por eso. Otro ángulo: no me gustó el campamento Jericho con los normis. Lo sentí forzado. Pero incluso así es una extravagancia muy propia de la mente de Burton que ningún otro habría planteado. Quiero decir que, incluso cuando no me gusta, Burton es insobornable, tiene claro qué quiere hacer y en su centrifugadora se mezcla el humor, el drama, los sentimientos, lo ridículo y el mensaje de fondo. Los raritos somos todos y el rarito que llevamos en lo más profundo es nuestro verdadero yo.
Y hay muchas más cosas: la lucha de Miércoles para evitar estar en un pedestal, la chica invisible, los conflictos de familia (los Addams y los Galpin, tan parecidos y tan distintos), en qué fundamentamos la amistad, el hecho de que Miércoles ríe cuando está con su abuela.
¿Otro alumno marginado además del ya conocido Poe? Bruce Springsteen.
¡Y el secreto de Cosa! Aprovechando para hacer una referencia a Sweeney Todd y su brazo completo con la navaja.
Qué bien esa secuencia de intercambio de cuerpos que permite a ambas actrices expresarse en el polo opuesto.
Finalmente: todos aquellos que hicieron una crítica de la primera parte y la segunda parte se equivocaron. Sería oportunismo, sería por estar ahí, necesidad de presencia porque lo hacen todos. La temporada tiene sentido con sus 8 capítulos (lógicamente). Que Netflix la estrenara a cachos es un error y por eso es un error el análisis fragmentado.
-Estoy muy cómoda con los silencios incómodos.

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