David
King es realmente el rey de la industria musical, productor de
prestigio, rico, filántropo de músicos negros, honrado…
Secuestran a su hijo.
Antes
de seguir leyendo me gustaría que echaras un vistazo a lo que dije
de El infierno del odio para que entiendas mis razones
posteriores.
Yo
me pongo en el sitio de esa gente que ve una obra maestra y decide
volver a hacerla, dar su visión, actualizarla. Y me preguntó: ¿por
qué? ¿Por qué crees que la vas a mejorar? ¿Por qué crees que
eres mejor? ¿Quién crees que eres? ¿Sabes lo que significa “obra
maestra”?
De
Spike Lee pienso lo mismo que de Brian De Palma.
Pudieron ser grandes directores, verdaderos autores. Pero estaban
demasiado ocupados en creérselo, empeñados en demostrar el mucho
cine que habían visto. Y copiaban más que creaban.
¿Está
mal la pelí? No. ¿Lo hace bien Denzel Washington? Desde
luego. ¿Aburre? Un poco; a medida que avanza. ¿Entonces? No aporta
absolutamente nada. Repito: ya se hizo mejor. Por eso la están
imitando.
La
investigación metódica de Kurosawa se sustituye por una
persecución a ritmo de música puertorriqueña y otras cosas por el
estilo. No debatiré mucho pero lo primero es universal y lo segundo
es lo “típico” yanqui. Y el análisis moral y antropológico
tiene el mismo problema: algo universal frente a algo muy USA.
La
pelea en el metro me parece lamentable y la última media hora
superflua. Pierde el tono, está ya en otra película, otra historia,
otro discurso social.
Hay
críticas a la IA, el uso de móviles, tecnología, a esto y lo de
más allá. Pues se podía criticar a los que usan la fama o el
producto de otros para hacer dinero ellos mismos.
No
me esperaba gran cosa pero aún así esperaba más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario