Me
parece que es una película muy adelantada a su época. Dado los
tiempos que corren tal vez convenga aclarar que no se debe a que la
protagonista sea una mujer empoderada. Si alguien piensa tal cosa,
insistiré en que debe ver más cine clásico porque está lleno de
mujeres empoderadas.
Es
avanzada por esa pareja de adolescentes asesinos. 1946. Creo que hay
que esperar 10 años más hasta La mala semilla y luego
aterrizar en los 70.
Chica
rica entre dos chicos: el también rico y el pilluelo. La chica rica
se las trae.
Pero
si eso es un gancho inmediato, lo verdaderamente interesante es un
guion de hierro con una escritura de personajes imponente. Y también
muchos buenos diálogos.
Las
consecuencias del crimen marcarán inevitablemente las relaciones de
la parejita asesina: culpa, miedo, celos, redención, poder, control,
mentiras, soledad, autojustificaciones…
Barbara
Stanwyck, Kirk Douglas y un inmenso Van Helfin
componían un trío que te ponía en tensión en cualquiera de sus
combinaciones. No sabías si iban a darse un abrazo, meterse en la
cama o pegarse un tiro. Cada escena era tensa, cargada de información
emocional contradictoria pero totalmente comprensible. Es uno de esos
guiones que te sorprende por la combinación de tantos elementos.
La
culpa hace imaginar cosas, los celos lo complican, el miedo te impide
hacer lo correcto, necesitas controlar al otro, demostrar tu poder…
Si lo riegas con alcohol y violencia el problema crece y crece.
Añádele una pizca picante de Lizabeth Scott para tener un
cuarteto y asistirás a una película que es pura dinamita.
No
se escriben guiones así en la actualidad. Para ser justos se han
escrito pocos guiones así.
-Como
si nada hubiera pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario