Hedvig
y Henrik no están nada contentos con su madrastra. Ella no hace más
que poner reglas y mangonear. Así que Hedvig y Henrik deciden
contratar a un sicario para que la mate. Pero si eres niño no es
fácil encontrar a un asesino a sueldo.
Ciertamente
la madrastra es inaguantable y va a chocar con una niña y un niño
bastante repelentes.
La
principal pega tal vez no sea una pega: es demasiado infantil. Quizá
tiene que serlo porque es al público que se dirige pero ciertamente
tiene problemas para alcanzar al público adulto.
Sin
embargo tiene algunas cosas buenas. Su puesta en escena está muy
pensada: localizaciones, edificios, decoración, vestuario… Todo de
un colorido vibrante muy acorde con un cuento por siniestro que sea.
También
me gustan algunos giros, un poquito inesperados, y esos esbozos
imaginativos que tienen los personajes, fantasías en las que se
cumplen sus deseos o temores. Pero sobre todo me gusta el modo de
ofrecernos la moraleja final.
El
punto de partida es bastante arriesgado y no tengo claro cómo se
podría mejorar. Más seria dejaría de ser para niños.
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