-Paul
no era rico, así que tengo a Arthur. No quiero a Arthur y por eso
tenía a Paul. Y como me gusta el dinero Arthur me tiene a mí.
Volví
a verme la primera temporada de Luz
de luna
que, como puedes imaginar, estaba muy oxidada en mi memoria. La
primera temporada es corta. 5 o 6 capítulos, dependiendo de cómo
mires el piloto.
Y
confirmé lo que ya sabía: qué guiones tan excelentes escribían en
los 80. Una pasada, de verdad. Sobre todo diálogos. Magistrales.
¿Cómo se puede escribir un diálogo tan delirantemente divertido
sobre los guisantes y, al mismo tiempo, ahondar en la personalidad de
quienes lo pronuncian?
Eran
guiones charlatanes, burbujeantes, espumosos. Bruce
Willis
en plan verborreico y Cybill
Shepherd,
más paciente que Job, con las réplicas.
Ella
era una modelo que tuvo que reconvertirse en el mundo profesional, él
un detective que parece más bien un timador, capaz de venderle arena
a un tuareg.
Por
cierto: las secuencias de acción tampoco estaban nada mal.
Y
contaban con esa maravillosa secretaria rimadora, de nombre mágico
en castellano: Agnes Topisto (DiPesto en inglés).
-Con
pantalones todos sois iguales.
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