No
creo que sea una película particularmente seductora para un gran
público, pero me pareció interesante.
Era
fácil caer en el tópico y fundamentar la película entera en el
duelo a espada entre un hombre y una mujer. El duelo se da, pero no
se convierte en el centro de atención ni es el clímax.
La
película muestra en profundidad lo que eran los duelos en la Francia
de 1887: prohibición legal, reglas internas, tribunales de honor,
florete, pistola, sable, a caballo… Una mujer…
Marie-Rose
Astié existió y, aunque el film no sigue la biografía, parece que
sí sigue su espíritu, su lucha por los derechos de la mujer. Me
gusta cómo la película introduce su participación, desde un ángulo
colateral y me sorprende que no caigan en el tópico: aparece, tiene
su momento de protagonismo, retrocede en pantalla, se convierte en
inspiración para un hombre y recibe el reconocimiento de otro.
Es
de agradecer esa huida del cliché.
Como
muchas otras tramas en las que se busca la verosimilitud total con un
tema (“arte” y reglas del duelo) a veces peca de sequedad: es
poco emocional y con un final un tanto abrupto.
En
cualquier caso es sugerente, el ritmo es bueno y siempre te mantiene
atento a los derroteros de la historia que no son muy previsibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario