11/1/25

Calle River, 99

-Llegar arriba es lo más importante del mundo.
-Sobre todo si es en Broadway.
Guardaba un buen recuerdo de esta película. Tenía su sustancia en la memoria pero no recordaba el título ni el director ni los intérpretes. Finalmente me topé con el nombre del director: Phil Karlson.
La carrera de boxeador de Ernie Driscoll llega a su fin. Es cuestión de tiempo que su matrimonio también lo haga porque a Pauline le gusta el dinero y Ernie, ahora, trabaja como taxista. Pauline engaña a su marido con un mafioso.
Es una película de cine negro que se sale de los esquemas. No hay un inspector o un detective privado. No hay algo que podamos llamar el lado bueno. Todos los personajes hacen cosas malas o se mueven en el filo de la legalidad. No hay una investigación. Presenciamos, simplemente, el mundo criminal y cómo las cosas se resuelven por sí mismas. Ernie se va enfangando en cada drama (real, ficticio, manipulado) que surge. Un hombre engañado.
El destino se convierte en una trampa durante una noche porque rondan por ahí 50 mil dólares en diamantes.
Además de su peculiar narrativa (año 1953) tiene una planificación excelente. Hay una cantidad inusual de contrapicados enfocando techos (algunos casi abstractos) o largos primeros planos de gran fuerza dramática. Atento al momento en que Evelyn Keyes cuenta el intento de violación. Y nadie, jamás, se ha encendido un cigarrillo de modo tan sensual.
Una gran película de cine negro que merece ser rescatada.

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