Nunca
fui muy fan de los cómics de Largo Winch pero alguno
leí. Lo más sorprendente era que, en los años 70 e inicios de los
80, nadaba contra corriente. Mientras los intelectuales y los artistas elogiaban
(¡todavía!) el marxismo, Jean Van Hamme creaba un héroe que
era un empresario multimillonario.
La
película lo actualiza a los tiempos modernos. Así que nos
encontramos con algo que tú decides si considerarlo absolutamente
ridículo o aceptas su espíritu de tebeo: viene a ser como si Elon
Musk se encontrara con Greta Thunberg en una celda y se
hicieran amigos mientras se fugan y les persigue un pirado.
Yo
decidí tomármelo como un tebeo (que es lo que es) y permití que la
aventura me envolviera. Y aun así hay que aceptar que es malilla.
El
personaje de Chloé es un horror. Lo que hacen con ella de
una escena a otra y a la siguiente se debería denunciar a la
asociación de guionistas o ante alguien. Son personajes demasiado
aleatorios con reacciones sin sentido.
Me
gusta cómo están rodadas las escenas de acción imposibles y me
gusta su ambientación: selva, nieve, rascacielos… Pero no basta
para sostenerse.
La
secuencia final, ese giro, es demencial. Confío en que no llegue a
existir jamás una continuación que vaya por ahí.