Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
1.
La gran noticia de esta semana es que Chloe Zhao y Frances McDormand
no iban maquilladas en los Oscar. Eso es lo más interesante y profundo que he
podido sacar del tinglado. 2.
Cómo conocí a vuestro padre
vuelve a ser una posibilidad. Después de que la arriesgada línea de Greta
Gerwig no saliese adelante, parece que han ido a por algo más convencional
con Hilary Duff. 3.
El padre de la novia fue Spencer
Tracy en 1950. También lo fue Steve Martin en 1991. Ahora lo será
por tercera vez Andy Garcia. 4.
Amazon estrenará La guerra del mañana
con Chris Pratt. Lucha contra alienígenas y viajes en el tiempo. No sé
yo. Suena a El filo del mañana
pero sin el punto de originalidad ni más interés que la acción. A ver.
Hay
cosas buenas en esta serie aunque, para mi gusto, asoma demasiado un cierto
espíritu adolescente, orientado más a quinceañeros (más aún a quinceañeras) que
a un público cabal. Nos
encontramos con universo de fantasía en una especie de Rusia decimonónica que está
bastante bien. Podría estar aún mejor si hubiese menos humo. Hay humo en las
tabernas, claro, aunque se fume poco, pero también lo hay en los campamentos y
en las praderas y en los despachos… Es un detalle menor pero ya sabes que soy
muy mirado cuando la gente te oculta valores de producción con un exceso de
oscuridad o artificios similares. Demasiado oscura hasta cuando salimos de la
Sombra. Demasiadas escenas nocturnas. Sin
embargo me ha gustado cómo se forma (no lo hace del todo hasta el último
capítulo) ese extraño equipo de gente tan peculiar. La comunidad de la
Invocadora. Unos tipos bastante excéntricos con aptitudes muy interesantes. Hay
un montón de personajes. Aunque resulte abrumador en el primer capítulo te
haces con ellos enseguida. Ocho
capítulos son adecuados. Buen ritmo que la hace entretenida.
Line of Duty sigue en su línea. Y
eso es lo bueno y lo malo. Lo bueno porque me siguen encantando esos largos
interrogatorios, esas tramas alambicadas, esa tensión, esos giros… Lo malo
porque llevamos 6 temporadas estirando el chicle y, por desgracia, ya no logra
sorprender como antes. Se ha vuelto previsible. En
esta temporada comenzamos a ver la disgregación del trío. Kate abandona
anticorrupción para ingresar en una comisaría normal y corriente. Pero, claro,
el asesinato de una periodista que investigaba la corrupción policial, hace que
deba encontrarse con su antiguo colega y su antiguo jefe. Kelly
Macdonald
es el centro de la trama en esta ocasión, cosa que está bien porque parece una
mosquita muerta. La
temporada 7 nos dejará con Hastings también fuera del equipo. Sinceramente, a
estas alturas, sólo quiero que pongan punto y final al arco principal y se
desvele quién es el cuarto hombre. Que luego pueden seguir con otro AC-12 o lo
que sea, lleno igualmente de gente borde. La jefa ya la tienen. Si es que ella
no es el cuarto hombre. Me
encantó una escena: el tiroteo a la policía con ese plano cenital final.
_______________
Y descubro, después de hacer el cometario de la temporada, que queda un capítulo más. Puedes leer el final de verdad aquí.
-La
gente es más que un olor. Lo sabe, ¿no? El
comienzo no auguraba nada bueno. Parecía una mezcolanza de Paseando a Miss Daisy con Intocable con El diablo viste de Prada. Una mezcla
de aromas que no tenía que producir una buena fragancia necesariamente. Y sí es
todo eso pero la verdad es que está bien porque encuentra su propio camino. Una
mujer de olfato hiperdesarrollado que crea perfumes (una nariz) y su chófer. No
es un drama ni una comedia. Es la relación entre dos personas, cada una con sus
particulares problemas y vidas muy diferentes que, sin embargo, encajan y se
entienden. Sin necesidad de muchas palabras ni explicaciones. Y se dicen las
cosas con total franqueza. Hacer
eso significa que las interpretaciones son muy buenas. Miradas, gestos… Sin
histrionismo ya que no hay nada exagerado o llamativo. Muy bien Emmanuelle
Devos y Grégory Montel en su contención. Por
mucho que suene a ya visto lo cierto es que enseguida te caen bien los
personajes, aceptas sus conversaciones y se desenvuelve con buen ritmo, de modo
que resulta entretenida y nada suena a forzado. Ni siquiera busca giros
llamativos. No pretende replicar una plantilla sino mostrar un par de vidas. Sergi López tiene un pequeño
papel, pero muy interesante. Y alejado también de sus habituales exageraciones. Amable,
confortable. Con un buen aroma a recuerdos añejos.
Patience
Portefeux es intérprete de árabe para la policía. Durante una de las escuchas a
un joven, que transporta un cargamento de “maría”, descubre que hay algo que
les une. Y decide sacar partido. La
primera media hora hace pensar en un drama. Luego la cosa va derivando hacia la
comedia suave y, finalmente, se vuelve algo loca. Pienso
que es una película específicamente diseñada para Isabelle Huppert. Con
un papel más alegre y divertido que en otras ocasiones pero que aprovecha su
sequedad para amarrar los momentos más inverosímiles y no desbarrar en exceso.
En cierto modo es ella quien sostiene toda la película, su extraña
personalidad, su ruptura repentina con la vida cotidiana para lanzarse a una
aventura. Es
una película un tanto extraña, en la que chocan géneros. Drama, comedia,
policiaca… No tengo claro que pueda gustar a la mayoría del público. No se
mueve en los cauces habituales que uno espera. A mí me ha gustado precisamente
por eso. Aunque sin pasarse.
Tres
astronautas viajan a Marte. Pronto descubrirán que tienen un pasajero extra.
No, no es un alien ni nada parecido. Es un polizón por accidente. Cuando
encierras a cuatro intérpretes en un lugar reducido tienes que tener un guión
de titanio para sostener la historia. La película no lo tiene. No es que esté
mal, pero se necesita mucho más que una cuestión ética que, por otro lado,
tampoco es nueva: sobra alguien si los demás quieren sobrevivir. Incluso
así se puede construir algo más sólido que esto. Las interpretaciones aportan
más que el guión, porque son buenos actores: Toni Collette, Anna
Kendrick y Daniel Dae Kim a los que se suma Shamier Anderson.
Con un material mínimo logran generar cierto interés. En cualquier caso las
casi dos horas son excesivas. En
el apartado visual, con lo que hemos visto en los últimos años en el espacio,
tampoco puede competir. Y no está mal esa forma de crear gravedad artificial,
esos cables y esa misión pero, de nuevo, también ahí se necesita algo más. A
Joe Penna le quedó mejor Ártico, también una historia con unos
pocos personajes en situación límite.
1.
Después de meses de retrasos hoy se estrena Península. Ni de lejos es tan buena como Train to Busan, pero no merece
críticas tan malas como recibió. Casi todos los capítulos de The Walking Dead son peores y la
gente los traga con toda paz. 2.
Volvemos a la cábala siniestra de títulos coincidentes. Casi simultáneamente se
estrena Zero (serie italiana)
y Zero (película española).
¿Por qué pasan estas cosas? Parafraseando a Magnolia: eso no puede ser coincidencia. 3.
Tenía que pasar y ha pasado: Dramax. La plataforma de las series turcas. 5
euros al mes y, de momento, arranca con 5.000 horas de culebrones. Para echarse
a llorar.
Está
claro que hay un gusto por la fotografía de cualidades casi pictóricas. Planos
fijos prolongados, texturas, color intenso contrastado… No hay prisa por
mostrar unas losas y un par de peldaños (con lluvia o sin ella), helechos sacudidos
por el viento, la cocina de un caserío… La estética del encuadre, permitir que
nos deleitemos en ello, aporta el ritmo necesario. El
montaje es otro cantar. Toman decisiones muy arriesgadas que muchas veces no
funcionan. Los flashback abruptos no
son el único problema. Me parece bien que no dé todo mascado y explicadito,
pero otra cosa es que el suspense se diluya en la parquedad expositiva y en la
sequedad de las interpretaciones. Me
quedo con la sensación de que es más un relato costumbrista que policial. Una
visión muy negra del mundo rural vasco. Tal vez es lo que pretendían, pero
entonces hay que contar las cosas de otra manera. Me
gusta mucho su apartado estético pero la trama se me hizo cansina y,
curiosamente, repetitiva porque si bien muchas cosas quedan en elipsis en otras
se insiste en exceso. Hay poca psicología en los personajes. El tópico de que
los vascos no expresan lo sentimientos se lleva demasiado lejos. El
final es un buen ejemplo de la descompensación. Precioso el incendio, el plano
general, las jambas y el dintel… Pero muy extremo y trágico todo, ¿no? Muy shakesperiano. Te gustará si eres un
poco cinéfilo.
-Escoge:
la chica o el mundo. Una
mujer viene del futuro para proteger al presidente de una compañía tecnológica. El
nivel de producción es alucinante. ¿De dónde sacan el dinero en Corea? ¿Lo
regalan cuando pides ramen? Tiene secuencias increíbles para una serie. El
bombardeo de Seúl es una locura. O la fabricación del mundo post-nuclear. Pero
no sólo eso. Es la cantidad de localizaciones, de extras y esas coreografías de
peleas rodadas en un solo plano que deben exigir una cantidad de ensayos
abrumadora. Todo eso es dinero y más dinero. El
primer capítulo plantea muchos misterios e interrogantes. Luego, el misterio
cede a algo más tópico: la acción (tiroteos, persecuciones, peleas, rescates) y
la relación entre chico y chica. Aunque hay que reconocer que, cuando llegan
los giros de guión, sorprende en varias ocasiones. Claro que, las paradojas
temporales, se llevan al extremo. Demasiado en sus últimos capítulos. Por
lo general está muy bien rodada, con una planificación elegante, ágil e
incisiva. Por eso me llamaron la atención, para mal, algunos momentos
descuidados (la bomba de humo que desaparece de repente y algunas cosas así).
El ritmo funciona también con precisión casi siempre, pero a veces se resiente. Los
de la Agencia de Control son como los Soldados Imperiales de Star Wars: están ahí para que los
zurren una y otra vez. Demasiados
capítulos y demasiado largos, pero muy entretenida una vez asumidos los tics de
los doramas coreanos -¿Cómo
en Terminator? -Sí.
Es
inevitable pensar en Todas las criaturas grandes y pequeñas. La serie británica tenía la ventaja de
ser serie (y exploraba mejor a los personajes) y ser británica (impecable
reconstrucción de época). La
película francesa tiene sus propias virtudes. Es película (obligada a
condensar) y es francesa (y el mundo rural francés recuerda mucho al español).
Además de ver, una vez más, que los parisinos son distintos a los demás
franceses de provincias, me gusta cómo retrata ese territorio en progresiva
despoblación, la Francia que se vacía, el valor que hay que tener para luchar
por subsistir en el campo. Pero
no es un drama. Es una suave comedia costumbrista donde la joven veterinaria
tendrá que decidir si se queda en Mhère o se vuelve a París. He buscado Mhère
en el mapa. Es como si las autopistas le tuvieran alergia y se distanciaran del
pueblo lo más posible. La
directora hace un pequeño canto de nostalgia al mundo agrario. Tiene todos los
clichés posibles y es totalmente previsible. Pero creo que en esta película es
lo que te pide el cuerpo. Quiero decir que desde un punto de vista fílmico me
habría gustado algún punto original o riesgo, pero seguro que es del agrado de
todo el mundo y está hecha para eso. Muy
simpática esa niña que aparece por todas partes.
Emerald
Fennell
me ha dejado patidifuso. Es una actriz a la que tal vez viste en Llama a la comadrona o en The Crown como Camilla. Pero aquí se
pasa a la dirección y muestra una madurez y una potencia asombrosas. Estéticamente
está muy cuidada. La puesta en escena y la fotografía están tratadas con un
mimo enorme. Visualmente es muy atractiva. El fondo es otra cosa. El fondo es
perturbador, incómodo de ver. Muy incómodo. Con situaciones de esas que quieres
que se acaben cuanto antes por lo inquietantes que son. La
directora rompe continuamente las convenciones del género, tanto en las
decisiones narrativas (ese tono pausado en una historia de venganza) como en el
guión, que lleva a derroteros inesperados. El espectador, tal vez un listillo,
verá apuntes de Tarantino. Libreta con nombres, división en capítulos… Fennell
echa el cebo, especialmente en el último capítulo, rotulado con un IIII (con mucho sentido), con la
protagonista disfrazada de enfermera. Luego cambia el paso y nos aboca a un
final traumático, retorcido y provocativo. Nos guía en
ritmos desacostumbrados, con giros en momentos que no esperas y en direcciones que te desubican. Apenas
hay una deconstrucción del lenguaje fílmico pero su capacidad para eludir los
tópicos es sorprendente. Lo es también ese modo de crear una atmósfera
omnipresente de violencia aunque raras veces sea explícita. Aunque esa
violencia, por así decir, moral, impregna cada fotograma. Y,
por supuesto, Carey Mulligan está siempre perfectísima en un papel muy
exigente, con decenas de matices. Es
buena película y deja huella. Y cicatrices. Por eso precisamente no puedo
recomendarla a todo el mundo. Hace falta acudir con un escudo. Pero desde luego es un debut sorprendente.
1.
Kung Fu. La pequeña
saltamontes. Conforme a la moda actual cambiamos al chico original por una
chica. Visto el primer capítulo me parece que eso es lo único novedoso que
habrá. Bien rodada, colores demasiado bonitos, buenas coreografías de peleas.
No es para mí. En un capítulo han contado una temporada entera. No sé qué queda
ahora salvo repetirse. Serie típica de CW. 2.
Fast & Furious 10 será la
última entrega. Dice Vin Diesel que, cuando su hija se enteró, se puso a
llorar. De alegría, supongo. 3.
Ejército de los muertos aún no
se ha estrenado y ya se especula con que Zack
Snyder tiene por ahí otra versión. Él asegura que no hay más versiones.
¿Dónde habré oído yo eso?
Una
buena peli de corte infantil originaria de Alemania. Infantil a partir de los 7
u 8 años, creo, porque ciertamente toca algún tema delicado. Rita
Otilia Clementina Cesar Alba (Rocca) es una niña muy echada para adelante. Una
especie de Pippi Calzaslargas
de la actualidad. Divertida, sin miedo a nada, curiosa con el mundo, explorando
todas las posibilidades. Lo
más interesante de la película es que tiene una idea central y no se separa de
ella: construir un mundo en el que se imponga la lógica infantil. Y la lógica
infantil es aterradora para el absurdo mundo adulto. La película es el choque entre ambas concepciones y Rocca no se va rendir. Pero
no es ese su único mérito. Tiene fondo. Sobre relaciones familiares, de amistad,
redes sociales… Sobre la muerte de las personas que amamos y sobre cómo nos
encerramos. Sobre ser uno mismo. Además sabe integrar con habilidad sus
múltiples tramas y el ritmo siempre se mantiene. Podemos añadir que está
bastante bien planificada. El
final tiende a lo sentimental pero el conjunto es bastante notable. Barbara Sukowa hace el papel de
abuela rancia y malhumorada.
-Los
bajos fondos. Pero tú que te piensas. ¿Que esto es Chicago o qué? Esto es Lugo,
Galicia. No
nos extraña que a la teniente Eva Mayo, después de liarla parda en la primera
temporada, la expulsaran de la Guardia Civil y le cayeran dos años de cárcel.
Pero ahora sale y quedan asuntos pendientes que investigar. La
cuestión amnésica nunca me ha gustado porque hace que las series sean
tramposas. Ocultan datos y sirven para justificar cualquier cosa. Pero a la
zumbada de Carrie Mathison en Homeland
los espectadores le perdonaban todo, así que… Inferior a la primera temporada. Están más interesados en compilar ambientes insanos que
en construir una investigación cabal. Hay giros forzados e inverosímiles. Tanto
en el desarrollo de la acción como en las relaciones de los personajes. Eva y
su padre se llevan mal y de repente bien, lo de Eva y la periodista es
directamente absurdo, Eva envía información a un poli cuando se supone que no
se fía, Huichi encuentra a Rebeca en un giro ridículo… Por no mencionar las ya
citadas trampas para el espectador que, por otra parte, sabemos que lo son, lo
que resulta un juego bastante tonto. Buscan
crear una atmósfera más sórdida y oscura. Pero de todo ello sólo me gustan dos
cosas. La primera es que el carácter de Eva Mayo deriva en un personaje más
violento. Se acabó la guardia civil obligada a contenerse. Es lo que más me
gusta de la serie, cómo evoluciona el personaje hacia un lado aún más oscuro y
violento capaz de llegar a las torturas. Completamente desatada. La segunda es
que la brújula moral, sin Eva, gira hacia el inspector Salgado, un personaje
bastante bien construido. En
mi opinión se les va la pinza en la búsqueda de lo rocambolesco. A partir de
cierto momento ya vale todo. El
padre es imbécil total.
Buf.
Menudo petardo. Esta vez a los franceses no les ha salido bien esta comedia de
enredo. Una
señora contrata a su inmaduro vecino treintañero para que haga de canguro de su
hijo. Al niño le viene bien que él se haga pasar por su padre y a él le viene
bien que el chico se haga pasar por su hijo. Parece que es el mejor modo de
ligar con la profe del crío. La
peli es un desastre en ritmo, en planteamiento del enredo, en sus gags. Dura
sólo hora y veinte pero se hace eterna. Y tienen que alargarla con subtramas
que aparecen sin motivo y desaparecen sin consecuencia alguna. Me
hizo pensar en esa obra maestra indiscutible que es School of Rock. Se ve lo difícil que es hacer una comedia de este
tipo. Está claro que Club de padres
trata de emularla en algunos momentos. El tipo inmaduro, los conflictos con los
padres, la crisis obligada, la catarsis de la verdad… Pero aquí no saben qué hacer
una vez planteado el núcleo. Es
perfecta si padeces insomnio. Me costó mantenerme despierto. Ni siquiera hay un
momento de carcajada. Anodina.
No
sé que me ha querido contar Vinterberg. Veo lo que me ha contado pero no
lo que hay detrás. Unos
profesores de un colegio, apoyados en una teoría, realizan un experimento:
mantenerse un poquito borrachos permanentemente, con el puntín, con un 0.5 de
alcohol en sangre. Y, oye, al principio las cosas van bien. En
mi opinión sólo se puede enfocar de dos maneras una película así: desde el
nihilismo o desde el moralismo. Entiéndeme: un moralismo bien construido con un
drama potente de fondo, una historia a lo Dostoievski. Tampoco se puede
llegar a eso pero es para situarnos. Sin
embargo Vinterberg no hace nada. Se balancea. No tiene por qué
pronunciarse, cierto, pero sí que tiene que ir a algún lado. Y no va. Hay una
parte de la película interesante, luego es un baile circular, luego es una
pesadez. Puede parecerme graciosa en algún momento, dramática en otros, pero su
profundidad es cero. Y un tema así tiene que tener fondo. A mí no me dice nada. Muy
buena interpretación de Mads Mikkelsen.
1.
Sylvester Stallone, como los abueletes, vuelve a contarnos sus
batallitas. Por un lado prepara una serie de Rocky y, por otro, está
realizando un nuevo montaje de Rocky
IV. Supongo que ha visto a Zack Snyder con su Liga de la Justicia y él también
quiere de eso. 2.
Tengo tanto interés como pánico por ver Earwig
y la bruja, la primera animación digital de Ghibli. Dirigida por Goro
Miyazaki (el hijo del único Miyazaki) y que ya la pifió
anteriormente. Ay. A ver qué pasa. 3.
Interés más moderado y ninguna preocupación por Despierta la furia de Guy Ritchie. Si sale bien,
estupendo. Si no, pues no pasa nada.
Un
alien viene a destruir la Tierra. La nave tiene un accidente y él se queda
varado en un pequeño pueblo de Colorado. Durante los primeros días se dedica a
obtener información del planeta viendo las 22 temporadas de Ley y Orden. Así es como cree que
está preparado para integrarse. La
serie se promociona como la dramedia de
médicos, misterios, asesinatos y ciencia-ficción que la Tierra necesita ahora.
Y en ese cóctel ambicioso están sus debilidades. A
ver. ¿A qué viene toda esa trama de madre e hija? ¿A qué vienen los dramas
(carentes de interés en mi opinión) de ese pueblo? Ni avanzan ellos ni dejan
avanzar la acción principal. Porque todos esos elementos, por su cuenta,
podrían ser una serie en sí. Pero juntos se entorpecen, chocan, rara vez se
complementan, se entremezclan creando extrañeza y terminan por dejarte la
cuestión: ¿qué he estado viendo? Admito
que algunas ideas son tan absurdas que resultan divertidas. Tiene muy buenos
momentos, ocurrencias llamativas. Pero momentos, instantes. El resto es un
quiero y no puedo por hilvanar el costumbrismo de un pueblo de las montañas con
un par de asesinatos (asesinato y homicidio), un médico forzoso, hombres de
negro, dramas flojitos, comedia más o menos brillante y catorce cosas más. Me
resultaron cargantes los caretos de Alan Tudyk y sus chistes anatómicos. Me gustó mucho el arranque
de ese capítulo con la niña y su padre en el faro que presencian la llegada de
un OVNI. El
final es bueno, abierto a una nueva temporada, claro, pero el conjunto me
resultó caprichoso en su evolución. Aunque también puedo entender que haya a
quien le guste la mezcolanza.
-Érase
una vez una niña pequeña que tenía un pequeño rizo en la frente. Cuando era
buena, era muy, muy buena. Pero cuando era mala… Me
gusta el arranque. El montaje en paralelo entre la cárcel y el colegio. La vida
carcelaria y la vida estudiantil. Las peleas, las rejas. Becky y los psicópatas
a los que tendrá que enfrentarse. Los
directores son de esos que confunden realismo con la cámara en mano. No hay
nada menos realista que eso. Sobre todo si ruedas primeros planos con cámara en
mano. Por
lo demás la peli está bien. Sin exagerar. Becky tiene 13 años y está llena de
ira porque ha muerto su madre y porque su padre va a casarse de nuevo. Cuando
los prisioneros fugados toman de rehenes a su padre y futura madre y hermano,
Becky encontrará un modo de soltar su ira. Y
la cosa se pondrá bastante gore. El nivel de salvajismo que despliega la
adorable cría es de nota. Ojo, mucho ojo, a la escena del ojo. No recuerdo una
película que arriesgue tanto en violencia generada por una niña. Logan es lo más cercano que se me
ocurre, pero esto es otra carnicería diferente. Una
especie de Solo en casa pero
en versión bestia y sin moderación alguna.
Una
película extraña, un modo peculiar de contar una historia de vidas cruzadas. Se
trata de un drama de personajes conectados entre sí al que se añade una capa
tenue de ciencia-ficción, una excusa para explorar las interacciones de los
protagonistas a lo largo de 22 años. El
director sabe sacar mucho partido al presupuesto con que cuenta. No hay muchos
actores ni escenarios pero es sólido en su narrativa y planificación. Logra que
aparente más de lo que es. Un
hombre entrega a una joven una tarjeta sobre un experimento científico de una
compañía, Next Life. Y ella decide acercarse para ver en qué consiste eso. Me
gusta su tono realista, la fotografía utilizada. Lo que cuenta es bastante
crudo pero no está interesado en crear una atmósfera oscura. Es una fotografía
más bien luminosa, real, un mundo normal y corriente en el que se hallan unos
personajes con graves problemas emocionales. La imagen no acompaña a los
sentimientos, busca el contraste. Como para señalar que, en realidad, podrían
ser gente feliz. Cosa que tiene sentido desde algunas de las escenas. Hay
drama fuerte, intenso. Incluso cuando no es violenta se advierte una violencia
soterrada, latente, a punto de aflorar. Cuando llegamos al final esa violencia
parece destinada a perpetuarse indefinidamente. Y la excusa de la
ciencia-ficción vuelve a cobrar su sentido abocando a nuevas historias de vidas
cruzadas. Interesante.
Una apuesta con sus puntos de originalidad trazada con una buena construcción
de caracteres complejos, con aristas y matices.
Una
rareza de la mano de Apple. Una serie que pudo ser para podcast pero que, al
aportar imágenes de ondas de sonido, sugiere algo más. No
hay personajes. Sólo voces. Gente hablando por teléfono. La representación
gráfica de las ondas de audio aporta más claridad a lo que oímos. Pero no
serían del todo necesarias. Son
9 capítulos cortitos que rondan los 15 minutos. Son historias que aúnan terror
y ciencia-ficción. Algo así como lo que debió ser La guerra de los mundos radiofónica de Orson Welles. Y
de algún modo las historias están conectadas. Eso me parece muy bien. Me
parece bastante peor que en casi todos los capítulos los conflictos dramáticos
sean las relaciones de pareja. ¿No conocen los guionistas otros posibles temas
dramáticos? Llega un momento que se hace previsible. Llega un momento en que
algunos son casi iguales. Los
dos últimos, directamente relacionados, están muy bien. Especialmente el
último. Muy divertido con el jaleo temporal ya totalmente disparado. Me
gustó especialmente la onda espiral del hombre perdido en el desierto. Refleja
muy bien su estancamiento temporal mientras para los demás sigue moviéndose
todo normalmente. Es
un buen trabajo interpretativo eso de trabajar exclusivamente con la voz pero
algunas cosas resultan forzadas. Ponen sus cuerdas vocales Lily Collins,
Rosario Dawson, Pedro Pascal, Mark Duplass, Karen
Gillan, Aubrey Plaza, Danny Pudy…
1.
Que una película rusa sea comprada por Estados Unidos para hacer un remake no
suele suceder. Pero ciertamente Sputnik
lo merece. Creo que aquí los rusos dan una lección: reinventan Alien mejor de lo que saben hacer
los propios americanos. 2.
Godzilla vs. Kong ha rascado
121 millones en la taquilla mundial. La mejor entrada desde la pandemia. Me
alegro por Warner. Por hacer las cosas bien. No como otras. Y no diré nombres. 3.
Puñales por la espalda 2 y 3
están en marcha. Y Netflix las compra por 450 millones de dólares. Es uno de
los mayores acuerdos de derechos que se ha realizado y que muestra la guerra de
las plataformas por el mercado internacional. 4.
El día 18 se estrenará la serie Mare
of Easttown. La protagonista es Kate Winslet así que tiene buena
pinta. Da igual de qué trate.