Está
claro que hay un gusto por la fotografía de cualidades casi pictóricas. Planos
fijos prolongados, texturas, color intenso contrastado… No hay prisa por
mostrar unas losas y un par de peldaños (con lluvia o sin ella), helechos sacudidos
por el viento, la cocina de un caserío… La estética del encuadre, permitir que
nos deleitemos en ello, aporta el ritmo necesario.
El montaje es otro cantar. Toman decisiones muy arriesgadas que muchas veces no funcionan. Los flashback abruptos no son el único problema. Me parece bien que no dé todo mascado y explicadito, pero otra cosa es que el suspense se diluya en la parquedad expositiva y en la sequedad de las interpretaciones.
Me quedo con la sensación de que es más un relato costumbrista que policial. Una visión muy negra del mundo rural vasco. Tal vez es lo que pretendían, pero entonces hay que contar las cosas de otra manera.
Me gusta mucho su apartado estético pero la trama se me hizo cansina y, curiosamente, repetitiva porque si bien muchas cosas quedan en elipsis en otras se insiste en exceso. Hay poca psicología en los personajes. El tópico de que los vascos no expresan lo sentimientos se lleva demasiado lejos.
El final es un buen ejemplo de la descompensación. Precioso el incendio, el plano general, las jambas y el dintel… Pero muy extremo y trágico todo, ¿no? Muy shakesperiano. Te gustará si eres un poco cinéfilo.
El montaje es otro cantar. Toman decisiones muy arriesgadas que muchas veces no funcionan. Los flashback abruptos no son el único problema. Me parece bien que no dé todo mascado y explicadito, pero otra cosa es que el suspense se diluya en la parquedad expositiva y en la sequedad de las interpretaciones.
Me quedo con la sensación de que es más un relato costumbrista que policial. Una visión muy negra del mundo rural vasco. Tal vez es lo que pretendían, pero entonces hay que contar las cosas de otra manera.
Me gusta mucho su apartado estético pero la trama se me hizo cansina y, curiosamente, repetitiva porque si bien muchas cosas quedan en elipsis en otras se insiste en exceso. Hay poca psicología en los personajes. El tópico de que los vascos no expresan lo sentimientos se lleva demasiado lejos.
El final es un buen ejemplo de la descompensación. Precioso el incendio, el plano general, las jambas y el dintel… Pero muy extremo y trágico todo, ¿no? Muy shakesperiano. Te gustará si eres un poco cinéfilo.
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