Un
western que me recuerda mucho a Old Henry. Una cabaña, una familia,
un conflicto armado. Trama minimalista.
Terror on the Prairie abre con una secuencia que advierte de la crudeza de algunas de sus escenas. Cuatro forajidos. Después veremos a la familia. Un hombre, una mujer, un chico, una bebé. El hombre viaja al pueblo. Sabemos que los cuatro forajidos vendrán.
Lo
demás es la historia de siempre contada con sobriedad, con una fotografía dura,
sin mucho color. En el último tercio hay un giro interesante de guión que
explica ciertas actitudes que hemos visto hasta entonces. Está bien rodada, esa
fotografía y esa sobriedad acentúan la crudeza de los momentos más
desagradables. Gina Carano es muy solvente en su papel. Tan dura como la
imaginábamos pero no de la manera como la habíamos visto hasta ahora.
La Guerra Civil americana ha terminado, pero no sus consecuencias. El pasado persigue a los hombres y a las familias que han construido. Las venganzas aún se cobran.
Me gusta esa pistola de Chejov, ese puñal que los indios regalan a la protagonista.
Terror on the Prairie abre con una secuencia que advierte de la crudeza de algunas de sus escenas. Cuatro forajidos. Después veremos a la familia. Un hombre, una mujer, un chico, una bebé. El hombre viaja al pueblo. Sabemos que los cuatro forajidos vendrán.
La Guerra Civil americana ha terminado, pero no sus consecuencias. El pasado persigue a los hombres y a las familias que han construido. Las venganzas aún se cobran.
Me gusta esa pistola de Chejov, ese puñal que los indios regalan a la protagonista.
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