30/7/22

Los perdonados

Una ventaja de las plataformas sobre el cine, no pequeña, pocas veces mencionada y susurrada por las esquinas, es la facilidad para apagar. Si vas al cine pierdes dinero y aguantas hasta el final. Sólo porque te gastaste la pasta. Esta peli, en plataforma, la habría abandonado. Como estaba en el cine soporté el metraje.
Hay una larga tradición, desarrollada en la época eduardiana, muy británica, de literatura decadente. Luego la asimiló el cine. La originalidad (relativa) de la peli consiste en trasladar esa decadencia al escenario marroquí. Ingleses ricos, una fiesta en una lujosa mansión en medio del desierto, personajes desagradables. Un matrimonio llega a la fiesta con el cadáver de un chico al que han atropellado.
Y para dejar clara la superficialidad de estos parásitos sociales, siguen dos horas de conversaciones frívolas, insustanciales, dando vueltas a su modo de vida sin propósito y, ocasionalmente, a la trama del niño muerto, del padre que pide una reparación y de una especie de dudosa redención de Ralph Fiennes.
Más allá de unos bonitos y exóticos escenarios hay poco más. Los Elvis (esos fósiles) pudieron funcionar como una metáfora de lo diabólico, del mal, pero está enunciada directamente y tampoco lleva a ninguna parte. Se queda en algo anecdótico.
Ralph Fiennes
está solvente. El resto de los actores parece que no quisieran estar allí. Creo que ni siquiera tienen claro qué pintan en la historia.

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