No
es la primera vez que Apple vende humo (y mucha gente lo compra gustosa), pero
en el evento de presentación de ayer vendieron menos que humo. Vendieron nada.
Nada tangible. Aunque, como ocurre siempre, dejó claras bastantes cosas.
No
pusieron ningún tráiler. Es decir que las cosas no van a ser de hoy para
mañana, que van con retraso y que no pinta bien para alguien que pretende
competir con los grandes.
No
dijeron ningún precio. Eso es reconocer que Mickey Mouse manda y será Mickey
Mouse quien decida. Que Mickey Mouse es el jefe y, según lo que haga el
ratoncito, ellos decidirán.
No
dijeron nada de qué va a pasar fuera de Estados Unidos. Falta infraestructura
externa, desarrollo.
También
quedó claro que las críticas de Spielberg a Netflix eran pura
hipocresía. Ahí estaba, con Apple, con su contrato de colaboración. De repente
sí que se puede hacer cine para plataformas.
Y
salió Oprah. Que fue a hablar de lo suyo y de que qué bueno es Apple
para lo suyo.
Pero,
en serio. ¿Cuánto cuesta? ¿Cuándo lo veremos? ¿Por qué no hay ningún tráiler?
Porque para eso se organizó el evento, ¿no?
Ah,
sí. Hubo algo concreto: una tarjeta de débito.
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