Aunque
leo por ahí que muchos ponen como referentes a Cube
o Shaw, lo cierto es que, en
la cuestión de escape room, el cine
español fue bastante innovador con La habitación de Fermat.
Y
la sigo prefiriendo con mucho porque efectivamente tenía una lógica. Escape Room es inverosímil en todos
sus planteamientos. Ese ejercicio de tensión continua acaba por aburrirme.
Imagino
que le puede gustar a quien se implique, aceptando la angustia. Pero es una
predisposición que responde al espectador, no a que el guión o la dirección
estén bien ejecutados. Quiero decir que no es que tengas que suspender la
credibilidad, es que tienes que renunciar por completo a la inteligencia.
Me
gustó sólo el giro de la chica en la habitación 5. La concienzuda labor policial es lo más estúpido que he visto en el
último lustro. Por lo menos.
Una
pérdida de tiempo.
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