Espectacular
en plan apabullante. Hay escenas trabajadísimas, visualmente imponentes.
Hipo
se hace mayor y en la aldea todos presionan para que se case de una vez con
Astrid. Pero Hipo tiene que resolver algunas cosas, especialmente desde que
descubre a un cazador de dragones, especializado en matar Furias Nocturnas. El
propio Furia Nocturna conocerá a una Furia Luminosa.
Desde
los ritos de apareamiento de los dragones hasta ese mundo oculto, pasando por
el poblado vikingo, todo demuestra un enorme esmero en la planificación y el
detallismo. Sólo con eso la peli ya resulta enormemente atractiva. La trama
también tiene su peso. Dreamworks no es Disney y, por tanto, no basa su guión
en lo de siempre. Hipo es un líder para su pueblo pero aún debe madurar y es
eso lo que presenciamos: cómo forja y equilibra sus sentimientos.
Por
mencionar dos puntos débiles: descuida a la madre de Hipo, que debería tener
más peso después de lo ocurrido en la segunda parte, y la vuelta a ese control
mental de los dragones que parece algo repetitivo.
Mi
escena favorita vuelve a ser de Brusca, secuestrada, dando la paliza al malo
con su verborrea incontrolable. Me reí muchísimo. El final es muy redondo.
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