Hay unos seres. La gente se suicida en cuanto los ve.
Empieza en Rumanía. Cinco años después quedan pocos supervivientes.
Esperaba
algo más de Susanne Bier. Aquí se adentra en el terreno puramente
comercial, lejos de sus películas de autor y a años luz de sus inicios Dogma.
Obviamente tiene muchos puntos de conexión con En un lugar tranquilo. Allí no podías hablar, en Bird Box no puedes mirar.
El
reparto es bueno. Sandra Bullock, John Malkovich, Jacki Weaver
y Sarah Paulson. El principal acierto (casi obligatorio) es que no vemos
a los terroríficos seres en ningún momento. Sólo alguna sombra.
Sin
ser tan minimalista como En un lugar
tranquilo, la directora centra su atención en una casa donde unos
cuantos supervivientes se refugian. Y muestra cómo los humanos se bastan para
enfrentarse unos a otros. La casa contiene la mayor parte de la historia pese a
ser un flashback. Sabemos que hay
algo más después. Una trama en un río en busca de un lugar mejor.
Buen
ritmo, con tensión permanente, con algún momento violento, otros casi humorísticos.
La atención no decae en ningún momento hasta un final más o menos feliz.
Entretenida
y para amplios públicos. Que son palabras que jamás pensé que usaría para
referirme a una película de Bier.
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