22/12/18

El regreso de Mary Poppins


-He venido a cuidar a los niños Banks.
Las personas más ancianas del planeta dicen que hubo un tiempo en que Disney hacía pelis originales. Los demás seres humanos nos hemos dedicado a ver copias, reinicios, segundas partes… Y sabemos que fueron a peor.
Que este regreso de Mary Poppins sea bueno resulta una sorpresa. Quiero decir que no es el desastre que yo esperaba. Rob Marshall aprendió lo que hizo J.J. Abrams en Star Wars VII: haz lo mismo que la primera vez pero cambiando lo necesario para que no lo parezca. Al menos hasta que la gente salga de cine y empiece a fluirle la sangre a la cabeza otra vez.
Eso es lo que hay: lo mismo porque sabe que funciona. El problema, claro, es que no arriesga nada. Si le gustó a la gente en 1964, gustará a la gente en 2018. Pero hay poco más. No arriesga con las canciones (que casi nunca sirven para avanzar en la trama) ni en las coreografías. Como en La La Land, como en la mayoría de los musicales actuales, echo en falta coreografías multitudinarias.
Me gustaría dejar claro que es una peli muy disfrutable. Todos los niños que no vieron la original disfrutarán con ésta. Los que olvidaron la original, la recordarán. Y los que la siguen recordando, tienen puñados de nostalgia: hay unas cuantas escenas que empiezan de modo idéntico a la peli original y luego cambian en otra dirección. Es, simplemente, que desde una perspectiva cinematográfica, se ha ido a lo seguro. Nada de buscar algo nuevo.
Está Colin Firth muy cómodo en su papel de malote, Meryl Streep se divierte y Ben Whishaw y Emily Mortimer dan vida a  Michael y Jane ya creciditos.
Pero lo mejor es, sin duda, Emily Blunt. Es Mary Poppins del mismo modo que lo fue Julie Andrews. Está perfectísima y vuelve a perfilarse como una de las actrices más versátiles de la actualidad, una todoterreno que lo mismo hace musicales que comedias, dramas, acción o terror… Y casi siempre escoge bien.

No hay comentarios: