Comedia
romántica francesa. Analicemos la frase. Francesa es la palabra más importante
porque es lo que destaca sobre todo lo demás. En concreto francesa parisina. Es
decir: burguesa, liviana, mundana.
Luego
viene lo de romántica. Previsible por completo.
Finalmente
lo de comedia. Finalmente, por desgracia. Una trama así, tomada tan a pecho
como lo hacen, no tiene mucho sentido. Debería ser mucho más loca. El punto de
partida es tan loco que todo debería ser aún más loco.
Tipo
que se hace pasar por minusválido para ligar, conoce a auténtica minusválida.
Eso debería ofrecer un panorama de gags desternillantes y situaciones
rocambolescas. Sin embargo quieren mantener un equilibrio imposible con la
realidad, con el drama. Y, además de ser imposible, sólo logran que la trama
resulte inverosímil.
Mayormente
cursi, como la escena del baño en la piscina. Curioso el modo de resolver lo
del “milagro” de Lourdes.
Me
gustó el personaje de la secretaria (Elsa Zylberstein). Es la única que
parece darse cuenta de que esto era una comedia.
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