5/12/22

Blood Relatives

Francis viaja incesantemente, de motel en motel o incluso durmiendo en el coche. Allí, en un motel, aparece una chica de 15 años que dice ser su hija. Ambos viajan y hablan acerca de qué hacer con esa relación.
Ah. Casi se me olvida: ambos son vampiros.
Curiosa película. Innegablemente se trata de un drama sobre la paternidad y la filiación, sobre cómo ser padre y cómo ser hija. El tema vampírico viene a ser una alegoría acerca del pasado con el que cargamos, los defectos, las peculiaridades familiares, la tradición de generaciones pasadas… todo aquello que nuestros ancestros han provocado que seamos como somos. El judaísmo de Francis no es en vano, añade una capa más a la génesis, la genética. Probablemente se podría haber mantenido simplemente la cuestión judía y abandonar lo vampírico sin alterar lo esencial de la película. Pero entonces habría sido más aburrida.
Porque es road movie, es drama, es de vampiros, pero también tiene muchos puntos divertidos. Llama la atención la naturalidad con la que padre e hija asumen su naturaleza. Son así y no hay nada que hacer. Como el resto de las familias: tenemos nuestros usos, tradiciones, costumbres. Por eso otro personaje (con su propia familia) dirá de cierto asuntillo que “lo hacemos todos los meses”.
Me hizo gracia el tipo que le ofrece trabajo sin seguro dental. Hay humor negro, sutil.
Una peli en la que, incluso cuando no pasa nada, es agradable. Porque te encariñas con Francis y Jane, su aspereza, su sensibilidad… sus mordiscos. Es raro decir que es agradable una peli de vampiros, pero es así.
Entrañable.
Buen trabajo de Noah Segan y Victoria Moroles.

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