22/10/19

Ode to Joy


Charlie padece cataplejía. Las emociones le debilitan muscularmente. Especialmente la alegría. Trabaja como bibliotecario porque las cosas son estables, tranquilas. Hay poco sitio para las emociones si te dedicas a colocar libros alfabéticamente. Hasta que llega Francesca, un torbellino. Y Charlie se ve atraído como la polilla al fuego.
La idea es buena, con un potencial tremendo. Pero mientras la veía, mientras contemplaba cómo desperdiciaban posibilidades, no hacía más que pensar en lo que Howard Hawks o Billy Wilder habrían hecho con esto. Y aunque están Martin Freeman y Morena Baccarin yo sólo pensaba en Cary Grant y Katharine Hepburn.
Una vez presentados los personajes la película se empantana. No avanza. Reuniones con amigos, conversaciones sin chispa, sin gracia. Minutos y más minutos de aburrimiento inmenso con el único fin de alcanzar la hora y media antes del desenlace.
Así que un desperdicio de ideas y de personajes. La comedia romántica se desinfla como si padeciese cataplejía y al primer conato de desarrollo… Pufff. Y ni es comedia ni apenas romance. Por citar algo bueno: Melissa Rauch tocando al chelo Zombie de The Cranberries.
No le doy el aprobado. Lástima.

No hay comentarios: