5/12/24

Keratyna

-El feminismo es una farsa y está todo orquestado por reptiles intergalácticos. Como tu novia.
Inclasificable. Detrás, enterrada muy al fondo, hay una buena idea. Pero la película no la ha desenterrado.
Rata es el apodo de nuestro protagonista. Le queda bien. Es un despojo humano. Un guarro, cobarde, irresponsable. No sale apenas de la habitación de la casa de su madre. Sabe que su vecino es un psicópata que mata mujeres morenas pero él no dice ni mu. Al contrario: busca su amistad. Rata vive de colgar vídeos en internet diciendo que hay una conspiración de reptiles extraterrestres.
Un psicópata activo en el piso de arriba, nuestro protagonista en el piso de abajo, con todas las papeletas para convertirse en el nuevo Norman Bates. Una investigación policial.
Planos muy cerrados (estamos en unas habitaciones pequeñas de continuo), fotografía tal cual sale (o eso parece) y, lo que menos me gusta, su estructura arrítmica. En ocasiones no pasa absolutamente nada (conversación con la prostituta durante 15 minutos en la cocina o interrogatorios en bucle con la policía) y otras veces, en unos minutos, se acumula la información: ese final abrupto y rápido que, en cierto modo, tenía que llegar para que el argumento dejase de tener sentido por completo pero la película en sí tuviese una razón para existir.
Hay un pequeño detalle, hacia el final, un toque de fotografía, en la sobreiluminada estación de Las Rozas cuando se pone las gafas de sol: es como ponérnoslas a nosotros. Si eso es lo que más me gustó imagínate cómo será lo demás.
Algo bueno hay por ahí. Pero no se puede contar así, no con esa estructura tan fallida, de escenas de duración y contenido anárquico.
Demasiado rara sin razón.

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