-Debes
decirme quién eres.
-Soy
el hijo de mamá. El hijo de papá.
Kun
acaba de tener una hermanita: Mirai. Está dispuesto a cuidarla, pero Kun
siente que sus padres ya no le prestan atención. Los padres, por su parte, se encuentran
desbordados. Pocos días después toda la familia está crispada. Entonces Kun se
encuentra con una Mirai del futuro. Y después…
Mamoru Hosoda demuestra una vez más
el buen ojo que tiene para los detalles, las pequeñas anécdotas, la percepción
de lo sencillo que se vuelve universal. Esta vez se centra en la infancia, pero
no descuida a los adultos. Es un retorno a Wolf Children desde otra perspectiva.
Jugar
con la hermanita, montar en bici sin ruedas, ordenar la habitación, perderse en
una estación… Cosas que todo el mundo hace y que a través de Hosoda
alcanzan un carácter biográfico, histórico, casi épico. Kun empezará a formar
su carácter a valorar a sus antepasados, a entender la importancia de la
familia.
La
secuencia del andén a la Tierra Solitaria es alucinante, mágica, terrorífica.
De lo mejor que he visto este año. Qué bien dibujada, qué planificación tan
potente. Más sobrecogedora que cualquier peli de terror.
No
me ha gustado tanto como otras pelis del director. Su simbolismo es menos
fuerte. Pero a pesar de ello sigue siendo de un gran nivel, una delicia, con
dibujos maravillosos e ideas muy sugerentes.
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