-Hay
gente sin escrúpulos en Rusia. Por fortuna soy una de ellas.
Miniserie
de 4 capítulos en la que Sky y HBO quieren competir con las producciones
británicas sobre reinas. Competir en producción y espectacularidad y todo eso.
La principal objeción es que no compiten en guión: ni en fidelidad histórica ni
en hilvanar bien los tejemanejes políticos ni en hacer un retrato serio y
profundo de la psicología de los personajes.
Esta
Catalina se ve tan fácil como se olvida. De hecho se olvida antes de terminar. Y
la Grande no lo parece tanto. Mucho lujo y vestido y bailes descabellados y
ejecuciones sangrientas pero el empaque que dan los personajes bien construidos
no existe.
Ni
siquiera Helen Mirren está a la altura de otras de sus interpretaciones
regias. Y habrá quien se indigne, pero es así. Los primeros minutos son todo un
exceso de rigidez, de estiramiento, de soy una tía dura porque el guión lo
dice. Y de pronto se descerebra en el baile travesti. Y luego otra vez a tomar
ese aire altanero sin matices. Hay pocos matices en esta serie.
Y,
con todo, ella es lo mejor. A veces se me ocurría que estaba viendo un spin-off de Juego de Tronos, un piloto para ver si de Catalina la Grande sacaban su nueva
saga loca.
Normalita
tirando a floja.
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