Pim,
pam, pum, espías de nivel elemental.
Una
de acción bastante convencional. Mitch acaba de pedir la mano de su novia en
una playa de Ibiza. Unos terroristas islámicos aparecen en ese momento y matan
a la chica entre otros muchos. Mitch se enfada, busca venganza y, en unos ratillos
sueltos, se pone cachas y aprende de todo para infiltrarse en las redes
islamistas. La CIA le contrata con reticencias porque a él le gusta ir por
libre.
Todo
es inverosímil y con supuestos expertos agentes que sueltan frases inoportunas para
que les descubran. Peleas locas, tiroteos…
Lo
mejor es que gran parte de la acción transcurre en Roma. Las persecuciones en
ciudades americanas pueden ser todo lo molonas que tú quieras, pero Roma es
Roma. No es lo mismo espiar a un tío en Central Park que hacerlo en piazza Navona. No compares.
Resulta
lo bastante entretenida como para que se convierta en una franquicia. Pero está
a años luz de Bourne e,
incluso, de Misión imposible.
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