
Oz viene a ser nuestra Dorothy y sigue sus pasos en el camino de losas amarillas. Y el espantapájaros, el león cobarde y el muñeco de hojalata han sido sustituidos por un mono alado y una muñeca de porcelana. Significativo, ¿no? 2 compañeros en lugar de tres. Eso sí: la muñeca de porcelana me pareció el mejor personaje de toda la peli.
Hay muchos guiños y referencias, desde luego. Pero faltan las canciones (The Wizard of Oz), una frase inmortal (¡Me derrito!), entusiasmo, verdadera emoción, humor, contenido.
Supongo que a los peques les satisfará. Visualmente es un surtido de chuches. Pero... Este Oz no es mi Oz. Mi Dorothy tenía más capacidad de seducción. Y ni siquiera esta Kansas es mi Kansas.
Ah, sí. James Franco es sosísimo y muy repelente. Incluso cuando se supone que ya es bueno sigue pareciendo un vulgar don Juan.
Una razón práctica que explica por qué los clásicos no se deben tocar.
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