Hay ocasiones en que lamentas que un
director no haya tenido más presupuesto para hacer lo que quería. Notas que,
con más medios, el resultado habría sido superior.El guión es el de un videojuego: botón derecho vas a la derecha, botón izquierdo a la izquierda y el del centro para disparar. Así que, venga, a darle al del centro. El inconveniente de todo esto es que Wirkola juega por ti. Tú ni siquiera tienes que apretar los botones. Y, así, claro, pierde la poca gracia que podría tener.
Por cierto. Ni siquiera es graciosa. Quiere serlo. Pero los diálogos no lo consiguen.
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