Al margen (7)

1. Todos sospechábamos que Etta, en Fringe, era un personaje que nos daría alguna sorpresa. Pues ya está. Nos la ha dado. Vaya que sí.

2. ¿Obligan a las sitcoms americanas a realizar un capítulo sobre Halloween en Halloween, uno de Navidad en Navidad y uno de San Valentín en San Valentín? ¿Cuál es el castigo si no se cumple?
3. Leo atónito que en un cine de Nottingham proyectan por error Paranormal Activity 4, en vez de Madagascar 3, organizando un cisco de campeonato. Los exhibidores piden disculpas y se quedan tan anchos. En serio. ¿Nadie se ha parado a pensar en lo inverosímil que resulta que una bobina de celuloide se mueva por la noche, vaya a otra sala y se instale en el proyector? Está claro que esa bobina algo de paranormal sí que tenía.
4. Después de la última película de Garci, de cuyo título no quiero acordarme, su genio ha empezado a manifestarse de otras maneras. Gracias a edp por el aporte.

Alphas. Temporada 2

No sé por qué no acaba de convencerme. Ha crecido a medida que avanzaba. La segunda temporada, en un primer capítulo, supone una especie de reinicio para enviar la trama en una nueva dirección.

Y, sin embargo, le falta algo, no sé qué. O quizá le sobraba la primera temporada. O que hay personajes que quedan un poco descuidados y sin rumbo claro. No sé. Algo me falla cuando una de superhéroes realistas no consigue atraparme.
Pero hay capítulos con una fuerza dramática muy por encima de lo normal. Emocionantes sin ser sentimentales. Historias fuertes que series de este tipo (Héroes) no se atreven a realizar. El 2x04, el dedicado a Nina. O el 2x05, tan surrealista, tan Twin Peaks. 2x08: la complicada relación padre e hija entre el doctor Rosen y Dani. Realmente fuerte. Para, en el 2x09, demostrar que no se van a andar con chiquitas, que si hay que matar a un personaje importante se le mata y si hay que dejar un final amargo que así sea. Y un cierre de temporada logradísimo con Gary, el único hombre en pie, caminando en la Estación Central del metro de New York, entre cuerpos inertes.
Me ha costado seguir el ritmo. Funciona bien en trayectos cortos, pero a la larga es como si no sintonizásemos el mismo ritmo circadiano.
La incorporación de Kat dio mucha vida a la historia.
En cualquier caso me ha convencido para darle otra oportunidad si hay una tercera temporada.
Y que la hija de Summer Glau pregunté a su madre si es una Terminator porque tiene un chip, me pareció un guiño encantador.

Hotel Transylvania

Relaciones paterno-filiales.

Ya se ve que es un tema difícil de sacar adelante en los dibujos animados. Incluso Pixar con su Brave tuvo problemas.
En cierto modo, supongo que se debe al abuso del tema. Convertirlo en eje central, en trama única y principal, supone el conflicto de enfrentarse a los tópicos. Ahí está la niña/niño que al llegar a la adolescencia busca margen. Y la madre/padre que quiere a la criatura en el nido.
Es lo que le pasa a Drácula con la niña de sus ojos.
La película, tiene buenos puntos, situaciones graciosas y es resultona en su mirada deconstructiva acerca de los monstruos. Reconozco que, a ratos, me reí bastante. Pero se agota enseguida. El ingenio del inicio reaparece después sólo de modo esporádico.

Argo

Al igual que con Lo imposible o Looper, las críticas favorables recibidas por Argo me parecen excesivas. Eso no me gusta porque, después, cuando las veo, tiendo a infravalorarlas, para compensar por los excesos.

Argo tiene un arranque espléndido, con ese asedio a la Embajada de Estados Unidos en Irán. Ben Affleck introduce la tensión desde el primer momento y rueda bien con un tono documental.
Después, francamente, la película es bastante convencional. Bien rodada, bien dirigida, un poquito exagerada en su final... Creo que la película confirma que Ben Affleck es un buen director, pero que aún no ha topado con el material adecuado.
Me parece a mí que, como este año no ha aparecido aún el gran peliculón para los Oscar, la gente se siente obligada a buscar algo que lo reemplace. Argo, en mi opinión, no tiene la suficiente calidad. Pero es entretenida, resultona y una buena combinación de suspense con algo de humor.
Hollywood, esa fábrica de mentiras.
-Quiero sacar a alguien del peor lugar que te puedas imaginar.
-¿Los Estudios Universal?

Ruby Sparks

Calvin es escritor, es joven y es brillante. Pero tras su primera novela tiene bloqueo creativo. Empieza a escribir sobre una chica llamada Ruby Sparks. Y lo hace con tal maestría, con tal perfección, con tal intensidad que, una mañana, al despertar, Ruby está instalada en su casa.

Calvin cree que ella es una alucinación y Ruby no sabe que es imaginaria.
Pero ahora Ruby tiene vida propia. Y si Calvin no la reescribe, Ruby toma decisiones que a él no le gustan.
En mi opinión flojea un poquito en la parte central, la relación romántica (encontronazos y perdones se vuelven algo repetititvos) entre Calvin y Ruby. Pero es buenísima en lo que se refiere al juego metaliterario entre creador y criatura, entre destino y libertad.
Me sigue pareciendo mejor, en su conjunto, Más extraño que la ficción. Pero Ruby Sparks tiene momentos más logrados e incisivos. Véase la secuencia estremecedora, potentísima, terrible, en la que Calvin cuenta a Ruby que ella es imaginaria.
Me encanta Paul Dano. Zoe Kazan se lo curra muchísimo. Antonio Banderas y Annette Bening tienen unos personajes un poco extremos pero están bien en su papel. Y es una pena que ande por ahí Steve Coogan haciendo, como siempre, el subnormal: sobreactuado, borde.

Al margen (6)

1. Otro inesperado estreno de una película que parecía haber muerto en el circuito americano. Vacaciones en el infierno con Mel Gibson en su salsa.
2. Un positivo para la nueva dinámica de Once Upon a Time. Los cuentos siguen funcionando muy bien y en Storybrooke las cosas se animan. Gracioso ver a Blancanieves y Mulán juntas, deshaciendo entuertos por los caminos.
3. Un positivo para los seguidores de The Walking Dead, esas personas inquebrantables, valerosas, arriesgadas y leales que continúan prestando su apoyo incondicional a algo que los humanos normales no le ven ni pies ni cabeza. Un saludo para menosesmas.
4. Un positivo para Las aventuras de Tadeo Jones que, después de 8 semanas en cartelera, lleva 16 millones y aguanta aún bien.
5. Un interrogante para los buenos resultados de recaudación del cine español en su primer año sin casi subvenciones estatales.

La costilla de Adán

A La costilla de Adán le veo un problema. Drama judicial y comedia romántica, cambia de uno a otro con una brusquedad pasmosa. Por ejemplo el discurso del fiscal al final del juicio, algo que aparenta ser serio y elocuente, se ve interrumpido para arrebatarle el sombrero a la acusada.

Nunca sabes si va en serio o no, si defiende el Derecho o no, si el crimen pasional es otra tomadura de pelo o no, si Spencer Tracy y Katharine Hepburn (la mejor actriz de todos los tiempos) son geniales sí o sí.
Él, fiscal; ella, abogada. La acusada, una señora que dispara a su marido al encontrarle con otra. De fondo, más que la cosa judicial, está la guerra de sexos, el papel que cada uno desempeña, cómo se supone que hay que hacer funcionar un matrimonio.
Somos iguales pero distintos. Salta a la vista. A Spencer Tracy le atrae la diferencia, Katharine Hepburn (la mejor actriz de todos los tiempos) insiste en la igualdad.
-Vive la France. Que quiere decir: viva esa pequeña diferencia.

Seeking a Friend for the End of the World

Faltan 21 días para el fin del mundo. La última misión para destruir al cometa Matilda ha fracasado. Así que el mundo está bastante revuelto y a la gente se le va la pinza. Muchísimo.

Al principio crees que es una comedia porque parece una comedia. Quiero decir que la gente hace cosas raras y graciosas. Pero no. Hacen cosas raras porque no se les ocurre nada mejor.
Luego viene a ser un drama romántico de dos personas (Steve Carell y Keira Knightley) que se conocen a falta de unos días para el fin del mundo y se enamoran y conocen a gente y hablan mucho y cuentan qué hicieron o qué dejaron de hacer o qué harían y lloriquean al teléfono y hacen las paces con su familia.
En fin. Que muy flojita. Lo bueno es que, como road movie, se van encontrando con Connie Britton, Gillian Jacobs, Martin Sheen...
No encuentra el tono. No supieron qué tenían entre manos. Podía haber sido una parodia o una respuesta a la Melancholia de Lars von Trier, pero ni por asomo. Es una especia de Melancholia hecha para que la entienda cualquier fan de Oprah. Con eso está dicho todo.

Downton Abbey. 3x05

Algunos amigos me han pedido que diga algo más que un mero snif.

Creo que esa palabra lo resume muy bien. Me pareció la más precisa para definir este capítulo. Pero comento algo más porque me ha estado viniendo a la cabeza toda la semana. Porque me lo recuerdan o porque, simplemente, me impactó.
Downton Abbey 3x05 es un capitulazo para recordar. Fellowes se ha asegurado de ello. Vaya que sí. De modo que, si no lo viste, ahí va spoiler.
Ya lo dije y todo el mundo lo sabe. Downton Abbey es un culebrón.
Pero muy bien hecho.
Porque, de cuando en cuando, se atreve a hacer cosas escandalosamente desconcertantes dentro de un culebrón: gastarse esa pasta en producción, el nivel de los actores, los diálogos trabajados, vestuario, montaje... cargarse a Sybil...
¡Cargarse a Sybil!
Se dice muy fácil, pero mira que fue duro. Fue brutal, implacable, feroz, domoledor. Sin piedad. Un auténtico drama con nocturnidad, alevosía, saña y sin un ápice de sentimentalismo.
Y la interpretación de Maggie Smith, tambaleándose al apoyarse en el bastón, como si, por primera vez en su vida, los años empezaran a pasarle verdadera factura.
Para enmarcar.

Safety not guaranteed (Seguridad no garantizada)

Aubrey Plaza hace lo que mejor sabe hacer. Una chica en horas bajas, abúlica, eternamente deprimida, ácida y con un leve resquicio de cordura para no volverse gótica. Ella es Darius.

Anuncio en el periódico: Si quieres viajar en el tiempo tráete tus propias armas porque la seguridad no está garantizada.
Y Darius, becaria de una revista, va para allá, a entrevistar a quien puso el anuncio y se encuentra con un tipo que tiene el cerebro como una olla de grillos, más zumbado que las maracas de Machín.
O tal vez no.
Cine independiente, típico producto Sundance, con mejores intenciones que resultados, con una idea a la que le faltan mimbres en el guión. Me gusta el final pero el desarrollo es bastante lento y tirando a tostón. Las dos tramas de los co-protagonistas son irrelevantes. Sobran por entero.
-¿Cómo sé que no trabajas para ellos?
-Porque nunca trabajé para nadie.

Looper

No es fácil deshacerse de un cadáver en 2074. Así que las mafias envían a sus víctimas a 2044 para que los looper los maten. Pero, ¿qué sucede si llega tu propio yo del futuro para que le mates?

Rian Johnson realizó una ópera prima tan peculiar como Brick y dio a conocer a Joseph Gordon-Levitt. Aquí vuelven a juntarse, muy bien acompañados por Bruce Willis, Emily Blunt, Garret Dillahunt, Paul Dano y Jeff Daniels.
Viajes en el tiempo. Por supuesto que en el momento en que se produce la paradoja temporal, media sala de cine quedó con la cintura rota y ya fue incapaz de entender nada. Cuchicheos de acá para allá. Aunque el problema estuvo, en realidad, en que no lo presenta cronológicamente, sino que lo de después lo vemos antes.
Me gustan los guiños a Terminator: la idea general, la presencia de Dillahunt (el Terminator Cromartie en Las crónicas de Sarah Connor) y que la protagonista se llame Sara (por Sarah Connor).
No entendí por qué Sara conoce la existencia de los looper.
Bien. Algún fleco queda suelto, pero bastante entretenida. Lista para convertirse en película de culto en el universo de la sci-fi.

Al margen (5)

1. Lo último de Fringe (5x03): Zzzz...

2. Lo último de Downton Abbey (3x05): Snif.
3. El fenómeno Lo imposible: Psa.
4. Lo primero de Nashville (1x01): Hmmm...

Nubes pasajeras

Revisar películas anteriores de Aki Kaurismaki tiene el aliciente de poder comprobar que permanece insobornable en su estilo.

La exageradísima, casi obsesiva, atención a los colores y la iluminación. Hay una escena que me encanta. El matrimonio comiendo a la mesa. Frente a frente. Pero la sombra de él se proyecta a su espalda y, la de ella, de modo oblicuo. Y, sin embargo, la luz está entrando por la ventana del fondo. Además de los colores (combinación de paredes, vestuario) me hace preguntarme cuánto tiempo empleó para iluminarla de esa manera tan singular.
Inclinado siempre hacia los temas sociales, aquí trata la cuestión del paro, sólo que, como es Finlandia, sus protagonistas no quieren recibir prestación por desempleo. Son orgullosos, se consideran útiles a la sociedad, quieren salir adelante por sus propios medios.
Te dan ganas de gritarles:
-¡Eh! ¡Que os están chupando la vida con impuestos! ¡Es hora de que os devuelvan algo!
Pero son finlandeses, qué le vamos a hacer. Kati Outinen, la musa del director, fascinante como siempre.

Lo imposible

El género no se encuentra entre mis favoritos pero hay que admitir que Juan Antonio Bayona lo hace muy bien.

Naomi Watts y Ewan McGregor ya coincidieron en Tránsito y, pese a lo peculiar que era aquella película, en mi opinión, lograban forjar una química eficaz. Aquí, de otra manera, también lo hacen.
Y no sé muy bien qué opinar. A Bayona no le tiembla el pulso. Cuenta exactamente lo que quiere contar. A veces potentísimamente dramático, a veces un poquito sentimental. Sobrecogedor, estremecedor y... ¿frío?
Tsunami de arranque. Acongojante. La leche, vamos. Lo de Clint Eastwood, en su pequeña patochada de Más allá de la vida, se queda en nada. Después, la búsqueda familiar, el intento de reencontrarse, la gente con la que se cruzan... No sé. ¿Es buena pero debería serlo más? ¿Está muy bien pero debería elevarlo al cuadrado?
Me quedo con una sensación muy rara. Todo impresionante y de verdad que me ha impactado. Pero pido más. Creo que más personajes o más atención a los que hay o más profundidad. O menos manipuladora.
Merece la pena, en serio. Pero me siento un poquito insatisfecho. Como quien ha comido un postre exquisito pero una ración escasa. No sé si me explico.

Frankenweenie

No te puedes hacer ni idea del miedo que llevaba en el cuerpo.

Después de Sombras tenebrosas me esperaba que un Tim Burton enloquecido nos sirviese un nuevo truño a partir de su propia criatura.
Me imagino la escena en 1984. Cuando los productores de Disney, tan mojigatos ellos, tan incapaces de reconocer a un genio aun teniéndolo ante las narices, despidieron a Tim Burton por realizar el corto de Frankenweenie, desperdiciando dinero, recursos, tan horroroso, tan terrorífico para niños.
Y, ahora, 28 años después, se comen las palabras y se encargan ellos de la distribución del largometraje.
Qué dolor eres Disney. No podemos vivir contigo, pero sin ti tampoco.
Pues bien. En 10 minutos Burton nos tiene cogidos, abducidos, inmersos en esa atmósfera de cuento y en esa urbanización setentera estilo Eduardo Manostijeras. En realidad es la única pega que le pongo. Que se parece mucho a Eduardo Manostijeras versionado para niños. ¿O quizá fue Eduardo Manostijeras una versión de Frankenweenie para adultos?
Por lo demás, me encanta el blanco negro, la stop-motion y toda esa galería de personajes excéntricos, encantadores, absurdos y deliciosos.
Al fin podré dormir tranquilo.

Cosmópolis

Se trata, con mucha diferencia respecto a la segunda, de la película más estúpidamente pretenciosa que he visto en mi vida.

Cronenberg puede, desde luego, ser grandilocuente cuando hace una película violenta. Suponemos con facilidad que un criminal es un tipo perturbado e, incluso, enormemente perturbado. Lo aceptamos y podemos creernos cualquier barbaridad que haga.
Digamos que a Cronenberg le gusta esa clase de cine porque puede usar cómodamente su petulancia. Y funciona bien. No me quejo.
Pero Cosmópolis es, sencillamente, ridícula. Finanzas, poder. Y ni siquiera sabe de qué está hablando. Sus teorías, sus tonterías, son de un infantilismo infumable. Revestirlo de esa trascendencia es mucho más enfermizo que el mundo que pretende retratarnos. Enfermizo y muy, muy aburrido. Qué tostón de diálogos.
Y, desde luego, es una pena ver, en semejante engendro, a un impresionante plantel de secundarios (Juliette Binoche, Paul Giamatti, Samantha Morton), coreando la mediocridad de Robert Pattinson.
Sé que pretende. En quién se inspira. Qué película emula principalmente y a qué otras secundariamente. Pero no lo voy a decir para que no se piense que las comparo. Cosmópolis no deber ser comparada con nada digno.
Estoy buscando un adjetivo peor que patético, lamentable, atroz. Y no lo encuentro.

 

Al margen (4)

1. Iron Sky. Otra que, contra toda esperanza, sí que se estrena en cines.

2. Downton (Place) Abbey. Ya me parecía a mí que dos bodas en tres capítulos eran demasiadas bodas. Bien resuelto. Pobre Edith, pero bien resuelto.
3. Me gustó, mucho, esa Etta embrutecida; no acabó de convencerme la dinámica en la que ha entrado Fringe. ¿Se van a poner ahora a buscar cintas? ¿En eso van a consistir los siguientes capítulos?
4. El viernes pasado se celebró el 25 aniversario del estreno de La princesa prometida. 25 añitos y con el mismo encanto con el que nació. Problema: hay quien quiere hacer un remake/secuela/precuela. Alguien necesita una visita de la Brigada Brutal.

La novia vestía de negro

Antes de que Beatrix Kiddo/Mamba Negra/La Novia entrara en nuestras vidas por medio de Kill Bill estuvo Julie Kohler (Jeanne Moreau). Probablemente el referente más inmediato de Tarantino entre los muchos que utiliza.

François Truffaut dirigió esta película, como casi siempre, con muy buenas ideas y una despreocupación técnica casi alarmante. Siempre me ha llamado eso la atención en él. Para ser un admirador de Hitchcock (y esta película tiene mucho de él) actuaba al revés.

Hitchcock tenía la película en la mente y sabía cómo quería cada plano. El storyboard completo en la cabeza. Las interpretaciones le importaban un bledo. Truffaut se interesa más en la dirección de actores mientras que la composición de planos le trae al fresco.

Es una delicia ver esa lista de nombres que deben ser eliminados, ese interrogante sobre uno de los nombres que favorece un final genial y, por supuesto, la boda.

Abrimos y cerramos con la Marcha Nupcial. Sólo que aquí asume aires épicos de venganza.

Hunted. Episodio piloto

Ojo. Muy atento.

Tiene el sello, la marca, la huella, el zarpazo de verosimilitud que la BBC otorga a (casi) todo lo que toca.
Como muchas series de espías la trama está más allá de lo concebible. Las buenas consiguen que nos lo creamos. Hunted lo consigue. Y mira que pasan cosas. Pero Melissa George da bien el pego como chica normalita, acorde con el ritmo de la historia, lento, pausado. Una simple turista, una chica que pasaba por allí. Hasta que las cosas se desatan y la moza se pone a repartir.
Ella es Sam, una espía que trabaja para una agencia privada. No del gobierno. Arrancamos en Tánger, con una operación de rescate que sale muy bien. O eso cree ella. Pronto se va a dar cuenta de que la han traicionado, que quieren matarla. Tal vez incluso su novio.
Me encanta ese reloj de arena. ¿Cómo sabes cuándo estás lista? Cuando aguantas la respiración en la bañera hasta que todos los granos de arena descienden en la clepsidra.
Cada año, cuando parece que has visto todo lo interesante en pilotos de series, cuando está todo el pescado vendido, aparece una sorpresa. Creo que ésta lo es.

Venganza: Conexión Estambul

Lo mejor que tenía Venganza era aquella escena, ya casi mítica, al poco de empezar, en la que Liam Neeson le decía por teléfono a su hija:

-Kim, presta atención. Te van a secuestrar.
En Venganza: Conexión Estambul, Liam Neeson tarda media hora en pronunciar las palabras mágicas:
-Kim. A tu madre y a mí nos van a secuestrar.
Y, como dirige Olivier Megaton, en las escenas de pelea no hay quien se aclare. No sabes si están pelendo dos o veintidós, si llevan pistolas o cuchillos o si ya han acabado y se están dando un abrazo.
La cosa es que en la primera película Neeson mataba a la mitad de la mafia albanesa. Ahora, la otra mitad, viene a por él. No aprenden la lección.
Hay alguna cosa graciosilla pero poco más.

Resident Evil: Venganza

Me encanta.

Quiero decir que es malísima.
Que me lo paso genial.
Que no hay por dónde cogerla.
Está Alice, está la Corporación Umbrella y están los zombis mutantes. Lo de siempre. Remake 5. A huevo para el remake 6.
Es lo que tiene: peleas a puñetazo limpio, con cadenas, piolets, hachas, pistolas de disparos infinitos... Pero muy bien coreografiadas, con imagen limpia, cámara leeenta.
El comienzo, por ejemplo. Marcha atrás y en cámara lenta durante los títulos de crédito. Para luego ponerlo normal. Por si te perdiste algo. Y el final. Tan delirante y absurdamente genial.
Ojalá fuera una serie de televisión.
No la recomiendo a nadie. Pero es mi paranoia personal, me debilidad, mi saga mala a la que no puedo resistirme.

El fraude

El fraude es un hombre. Un hombre llamado Robert Miller. 60 años, padre de familia, abuelo, honrado hombre de negocios, filántropo... Hasta que un accidente de coche, con la amante a su lado, pone de relieve la auténtica verdad: un fraude.

Es bueno el guión. Una película que quiere hablar sobre la crisis económica pero personalizando. Porque el problema no esté en algo tan abstracto y tangible como el dinero. Está en las personas que lo usan. Personas corruptas, ambiciosas, desleales. Miller, por dinero, pone en peligro a su esposa, su hija, amigos... Buena expresión acerca de cómo la falta de ética afecta a toda la sociedad.
Me gusta el papel de Richard Gere porque, al fin, se decide a hacer el papel de un tipo capullo. Y, aún así, creo que le falta más entusiasmo para interpretarlo. Sarandon no tiene muchos minutos, pero con el estilo que tiene y con esa voz se impone a Gere en cada ocasión.
Interesante.

Al margen (3)

1. Todoseries.com organizaba un campeonato entre 32 series. A la final llegan Breaking Bad y Fringe. Después de 3 días empatan a 1380 votos tras varias prórrogas para desempatar. Gran y absurda polémica en los comentarios. Por mí, genial.

2. M. Night Shyamalan está escribiendo un libro sobre educación. No ha dicho si será educación de vivos o muertos, de terrestres o extraterrestres. O de un Avatar que controla los cuatro elementos. En fin. La gente es rara. Pero unos más que otros.
3. Sigo alucinando: habrá una nueva temporada de The Walking Dead. Sí, ya sé que la noticia es vieja. Pero supuse que durante el verano los productores y los fans habrían reflexionado y se habrían dado cuenta de la enorme castaña que es en realidad.
4. Al principio Revolution parecía aventuras para adolescentes. Después, infantil. Acabará por ser la telonera de Pocoyó. Eso de decirle a Giancarlo Espósito que ponga cara de malo para ver si la serie funciona... no funciona.

Papá, soy una zombi

La dejé escapar en cine pero, como me gusta estar al día en proyectos animados, la he rescatado.

Siempre me gusta encontrar al público adecuado para una película por muy mala que sea. A veces no hay opciones, claro, pero por lo general hay alguien que sí puede apreciarla.
Esta película está dirigida a chicas góticas que se hayan colocado con algo intensamente alucinógeno. También sirve para cualquier chica zombi que no sepa qué hacer después de haberse comido a un par de personas. Así, pues, pijas humanas abstenerse.
Supongo que, quienes la hicieron, se fliparon tanto con A dos metros bajo tierra que quisieron ejecutar algo parecido. Y como no tenían medios hicieron esto.
Y es una pena, porque si hubiesen visto algo tan maravilloso como La novia cadáver se habrían dado cuenta de que Papá, soy una zombi, resulta absolutamente innecesaria. Tampoco es que sea mala-mala. Pero...

The Good Wife. 4x01

Y aquí está. La otra serie grande, enorme.

Manteniendo desde el principio ese nivel de tensión en las relaciones al que nos ha acostumbrado.
Hemos visto, cosa infrecuente, escenas de acción. Kalinda con pistolas, mazos, puños. Pero lo sorprendente es que, esas secuencias, están muchísimo mejor rodadas que en la mayoría de las películas de acción. La del sillón, la del ascensor... magníficas.
La trama política y la trama judicial se entrelazan a través de Zach Florrick, el hijo, detenido injustamente mientras conducía, para crear publicidad mediática. Y él le da vuelta. Eli ha dicho que no lo quiere en la campaña porque los padres no quieren. Pero Eli lo quiere, vaya si lo quiere. Medio millón de visitas para un vídeo. Es lo que derrite a Eli.
Y la crisis en el bufete. Hay que despedir a gente. Creo que ya lo he dicho pero lo repito. Diane, Will, Alicia siempre estuvieron bien. Convertir el tópico personaje de Cary de la primera temporada en alguien sólido fue otro enorme acierto.
-Mao no está tan mal si trabaja para ti.
¡Ah, sí! Y se han traído a Kristin Chenoweth para echar más leña al fuego.

Fringe. 5x01

Qué arranque.

Es más que una serie. Es una mitología. Una historia de una riqueza impresionante pero con fecha de caducidad. Y es una pena que falte apoyo de la audiencia porque esta serie podía y debía haber durado años.
Anda que no se podrían seguir contando cosas con la gente de un par de universos pasados, presentes y futuros con varias líneas temporales.
Digo, mutatis mutandis, lo que decía C. S. Lewis de El hobbit. Los universos se dividen en dos: los que han visto Fringe y los que lo van a ver.
Gitanos del ámbar. ¿No te gustaría saber historias de ellos? Por poner un ejemplo. Porque desde luego nos gustaría saber más sobre la resistencia de Etta, la de sus padres y abuelo, la vida de nuestro librero... Pero, como en toda mitología, lo que queda en el misterio es más sugerente que lo que conocemos.
Me encanta esa conversación sobre la música y la posibilidad de ofrecer perspectivas.

La era del rock

No soy un fanático del rock y la película me ha parecido un insulto. Imagino que los fundamentalistas del rock la considerarán una blasfemia. Más aún si se tiene en cuenta que pretendía ser un homenaje.

A Adam Shankman debieron quitarle el carné de director hace 10 años, después de Un paseo para recordar. O, al menos, que hubiese vuelto a pasar un examen después de Hairspray. Shankman es uno de esos tipos que trivializan todo lo que tocan. Si quieres enseñar la filosofía de Hegel a un crío de 5 años ponlo en sus manos. Ya verás cómo lo consigue.
Trama: puro cliché. Coreografías: mal copiadas de Chicago. Canciones: destrozadas por todos y cada uno de los que las interpretan.
Tom Cruise más creído y sobreactuado que nunca. Bryan Cranston tiene 3 escenas insulsas y una para hacer el ridículo. Paul Giamatti, 4 y una respectivamente. Sólo se salva, levemente, Catherine Zeta-Jones. Como ya ocurrió en Chicago, se come a todos los demás sólo por el hecho de aparecer.
Había retrasado su visionado por las malas críticas que recibió. Pero como me gusta un poco el rock, acabé por verla. Fíate: no hay por dónde cogerla.