Me aburrí bastante porque me parecía lo de siempre.
Entonces entran los tres espiritistas en juego. Y, para empezar, son graciosos, especialmente los dos varones, con sus celos profesionales.
Comienza el segundo tramo de la película y consiguen explicar algo que normalmente me mosquea: por qué los espíritus no hacen lo que tienen que hacer en el minuto uno y así se acaba la película. No lo explican para todas las películas. Pero sí lo explican para la presente que, por otra parte, es lo que interesa. Una explicación racional. Entiéndase por racional simplemente verosimilitud.
Y ahí estamos, embarcados en el mundo de los espíritus entrelazado con el de andar por casa, el de los vivos.
Así que me resultó más entretenidilla. Pero llega el final y, en mi opinión, lo echan a perder para dejar la puerta abierta a una segunda parte o a doce partes más.
Al margen: cuando ya había empezado la película entraron tres chicas que se situaron varias filas por delante de mí. De pronto no estaban. Habían desaparecido. Pensé que yo tenía alucinaciones o que eran tres espíritus que se habían acercado a ver la película. ¿Estaré haciendo un viaje astral? ¿Lo están haciendo ellas?
Al acabar la película las tres, encogidas en sus asientos, se desplegaron de nuevo mostrando su presencia. Ellas salieron en silencio y despavoridas. Yo quedé aliviado.
Me costó contenerme para no darles un grito cuando pasaron a mi lado.
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