Investigando sobre Knox, Burke y Hare, di con esta película, una comedia macabra, con bastante humor negro y algunos graves problemas de fondo.
Está Knox (Tom Wilkinson) que, casi siempre, cree que la película es un drama. Están Burke (Simon Pegg) y Hare (Andy Serkis) que, casi siempre, creen que la película es una comedia. Está Ginny (Isla Fisher), la prostituta con aspiraciones de actriz shakesperiana, que no sabe qué clase de película es. Y está el hilo del relato, el narrador-verdugo, que, casi siempre, cree que la película es realista o histórica.
John Landis dejó de ser hace tiempo un tipo capacitado para manejar todo ese tinglado. Así que, dejando al margen algún que otro momento gracioso y luctuoso, el metraje se hace pesado, arrítmico y, paradójicamente, pueril. Porque todas esas caricaturas de personajes secundarios...
Menos mal que vivimos en tiempos ilustrados.
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