19/8/18

El misterio de Hanging Rock. Temporada 1


-El paisaje australiano no es de mi agrado. Es ingobernable.
La película tenía claro su fin. Un sueño lánguido, indolente, levemente sensual. Envuelto en una atmósfera adecuada para mostrar la ausencia de sentido de una pérdida.
La serie no lo tiene tan claro. Hay muchos ritmos y envolturas, muchas narrativas diversas: lo onírico, lo surrealista, lo dramático, incluso lo terrorífico. Y no se entrelazan muy bien. Va saltando de un género a otro sin integración.
Otro defecto es que personajes como el de Hester y el de Dora son estereotipos de trazos gruesos, caricaturas. Y eso que Natalie Dormer hace un gran papel con lo que le dan.
Sin embargo hay muchas cosas buenas en la serie. El nivel de producción es altísimo. Escenarios, mansiones, carruajes, ¡esos vestidos! Un potentísimo despliegue para reconstruir la época, la Australia de 1900. Hay planos de una enorme belleza pictórica, cuidadísimos. El travelling con que abre la serie, siguiendo las espalda de Natalie Dormer ya anticipa el despliegue que se va a realizar.
Interesan las historias de los personajes, las vidas de profesoras y alumnas. Pero el drama devora al misterio y, finalmente, Hanging Rock queda como una anécdota colateral, una mera excusa que podría haber funcionado tanto como cualquier otra.
A mí me gusta mucho la palabra picnic. Por eso habría preferido que Picnic at Hanging Rock se hubiera conservado en la traducción. Pero esto ya son manías mías.

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