Catherine es sargento de policía en Hebden
Bridge, Halifax. 47 años, divorciada, vive con su hermana que intenta desintoxicarse,
una hija muerta, un hijo que no le habla, un nieto. Aún es capaz de hacer un
buen placaje y sumar dos y dos más deprisa que nadie.
El violador de su hija (y padre de su nieto)
ha salido del trullo y enseguida tiene la brillante idea de implicarse en un secuestro.
Al principio puede parecer normal y
cotidiana, una historietilla de polis rurales, como sin importancia. Pensé en
algo tipo Shetland. Pero de
pronto ocurren cosas muy fuertes. Muy, muy fuertes. Un par de ellas..., en fin.
Pero trata, sobre todo, el perfil
psicológico de Catherine, el drama familiar interno que no se ha cerrado 8 años
después. Que la trama acabe en el capítulo 4 y dejen 2 para las consecuencias y
para una mayor profundidad dice mucho a favor de esta serie.
Más potente de lo que me esperaba.
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