Están muy bien dibujados los dos. No tanto los personajes de su entorno: enfermera, secretaria, parientes de uno y otro... Los secundarios quedan en la penumbra. Y podían haberse desarrollado mucho más.
Philippe, el auténtico Philippe, cuando le dijeron que querían hacer una película sobre él, aceptó con una condición: no debía ser un drama, tenía que ser una comedia.
Pues comedia va. Desengrasante y loca.
Y sí. El interior de las personas siempre es mucho más rico, polifacético, versátil, sutil y apasionante. Eso han sabido mostrarlo.
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