
Fingir milagros, contratar un espectáculo frívolo de chicas sexys, drogarles... Si Berlanga hubiese sido libanés habría rodado esta peli en lugar de Bienvenido, Mr. Marshall. Véase la relación entre el sacerdote y el imán, por ejemplo. O la figura del alcalde. Nadine Labaki combina bien la comedia con algún momento dramático fuerte. A veces se le va la pinza y el resultado es bastante liviano, pero tiene su gracia.
-Una historia de gente que ayuna, de gente que reza. Una historia de mujeres vestidas de negro cuyos ojos están maquillados con ceniza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario