Jo Nesbo vuelve loquita a mucha
gente. A mí no tanto. Sus novelas están bien hasta que llega un momento en que
se vuelven excesivamente rocambolescas, retorcimientos innecesarios.
Pensé
que una película podía mejorar notablemente el texto original al aligerarlo de
trama, al enfrentarse a la obligada necesidad por ir a lo esencial.
Y,
claro, el guión condensa la historia pero entones, lo que queda, es bien
simple: una película de suspense del montón. Hay tropecientas así. Cada semana.
La
otra posibilidad para hacer algo estimable pasaba por la dirección. Pero
tampoco es que se hayan herniado mucho. Es lo que es: una de polis y asesinos
que te entretiene en un nivel decente, pero muy prescindible. A veces me da la
sensación de que han querido buscar el éxito mediante la presentación de
muertes muy terribles y espeluznantes. Pero eso no es suficiente.
Ahí
reside el problema: demasiado prescindible. Y eso es un error grave teniendo en
cuenta que el reparto es notable y las interpretaciones solventes.
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